El regreso del simulador que no te deja esconderte: más duro, más físico y más honesto que nunca

Hay experiencias en VR diseñadas para entretener, otras para presumir de gráficos… y luego está The Thrill of the Fight 2, que llega directamente para recordarte que quizá no estás tan en forma como creías. La secuela del mítico simulador de boxeo aterriza en Quest 3 con una claridad absoluta: aquí no vienes a pasar el rato, vienes a sudar, a esquivar, a golpear y a terminar un combate preguntándote por qué pagaste dinero para que te humillaran dentro de tu propio salón. Es ese tipo de magia especial que solo la realidad virtual bien enfocada puede permitir.

Desde el primer asalto se nota que esta segunda entrega no quiere limitarse a modernizar el original, sino profundizar en lo que lo hizo especial. La sensación de impacto, la lectura del rival, el desgaste físico y la necesidad de pensar tus movimientos no como jugador, sino como boxeador. Quest 3 aporta la nitidez, el tracking y la fluidez que faltaban en la primera parte para convertir esta secuela en una experiencia mucho más sólida. Es pura autenticidad: ni cinemáticas, ni historias épicas, ni modo campaña con drama barato. Aquí todo es directo: un gimnasio, un rival y tu ego peleando por no desmoronarse antes del segundo asalto.

Golpes que pesan, un sistema de físicas más preciso y rivales que no perdonan ni un despiste

En cuanto intercambias los primeros golpes, The Thrill of the Fight 2 deja claro que no está pensado para casuales que solo buscan dar manotazos al aire. El juego mide la potencia, el ángulo, la trayectoria y la inercia de cada golpe con una precisión que sorprende, y la respuesta visual y sonora es lo suficientemente contundente como para convencer a tu cerebro de que acabas de soltar un jab decente. Los golpes flojos ya no sirven para “hacer daño en el marcador”: si no golpeas bien, no haces nada. Si golpeas mal, el rival te castiga. Y si golpeas demasiado… prepárate para ver las estrellas cuando te quedes sin stamina.

La IA ha dado un salto enorme. Los rivales ya no son sacos de boxeo con patas, sino adversarios que detectan tus patrones, leen tus movimientos y saben explotar tus debilidades. Intentar repetir siempre la misma secuencia de golpes es una invitación a recibir un directo en toda la cara. El juego te obliga a variar, a pensar, a medir tiempos, a estudiar aperturas y a controlar la distancia. Es un combate cerebral envuelto en una capa de brutalidad física. Defenderte ya no es simplemente levantar los brazos: es gestionar energía, reaccionar, anticiparte y no bloquear sin sentido porque tu resistencia se evapora más rápido que tu orgullo después de un KO técnico.

El entrenamiento también ha mejorado, y se siente como un complemento real del combate. El saco pesado exige precisión; el entrenamiento de reflejos pule tu velocidad; los ejercicios de precisión afinan tu puntería. Nada es accesorio. Si entrenas, lo notas. Si no, también lo notas… y tu rival se encarga de recordártelo cada vez que tu guardia se abre.

The Thrill of the Fight 2

Gráficos austeros pero nítidos: Quest 3 no busca decorar, sino clarificar la acción en el ring

Es imposible hablar de The Thrill of the Fight 2 sin mencionar lo evidente: no es un juego para presumir de gráficos. No tiene iluminación dinámica espectacular, ni shaders ultradetallados, ni escenarios que te hagan saltar lágrimas de emoción. Pero eso es exactamente lo que lo hace funcional. En un simulador de boxeo, lo crucial es la claridad: ver el hombro del rival moviéndose, distinguir ángulos, leer pequeñas animaciones de apertura. Y Quest 3 aporta esa nitidez necesaria para que la experiencia se sienta limpia, fluida y natural.

La mejora en resolución es notable respecto a Quest 2: ahora puedes leer las intenciones del rival con más facilidad y anticiparte mejor. Las animaciones de los boxeadores, si bien no son de nivel AAA, cumplen ampliamente con su propósito y transmiten sensación de peso. Sí, aún queda margen para refinar expresiones, detalles musculares y ciertos movimientos, pero el conjunto funciona porque prioriza lo importante: la jugabilidad.

No es el juego más bonito de la tienda… pero es el que mejor te hace sudar. Y esa es su filosofía.

Sonido directo, crudo y perfectamente alineado con el combate

El sonido en The Thrill of the Fight 2 es como el juego: sin florituras, sin adornos, sin buscar quedar bien. Cada golpe suena como un impacto seco, cada esquiva deja el aire cortado, y cada momento de vulnerabilidad se siente reforzado por una ambientación mínima pero efectiva. El público murmura, el entrenador da indicaciones, la campana te despierta o te hunde dependiendo de cómo esté yendo el combate.

La mezcla sonora está pensada para que te centres en el ritmo. No hay distracciones, no hay música épica que tape tus errores. Solo tú, tu respiración, y el rival que te observa con ganas de desmontarte por piezas.

The Thrill of the Fight 2

Rendimiento impecable e inmersión total: Quest 3 demuestra otra vez por qué es el rey del stand-alone

Quest 3 ejecuta The Thrill of the Fight 2 con una estabilidad que es clave para el género. Sin tirones, sin desincronizaciones, sin latencias que rompan la ilusión. El tracking se siente milimétrico: esquivar un gancho agachándote de verdad es tan natural que tu cuerpo reacciona instintivamente. La inmersión no viene de gráficos hiperrealistas, sino del diseño de movimiento y de la sensación de que cada acción cuenta.

En los últimos asaltos, cuando las piernas pesan, cuando los brazos ya no responden igual y cuando el rival sigue presionando, The Thrill of the Fight 2 logra algo que muy pocos juegos VR alcanzan: hacerte creer que estás boxeando de verdad. Ese es su mayor logro.

The Thrill of the Fight 2

Veredicto GXR: el simulador de boxeo definitivo… para quienes estén preparados para sudar a lo grande

The Thrill of the Fight 2 en Quest 3 no es un juego para todo el mundo. Es exigente, agotador, honesto y brutal. Pero si buscas un simulador realista, una experiencia física auténtica y un sistema de combate que desafía tanto al cuerpo como a la mente, entonces no hay nada igual en VR. Es un título que te recompensa con progreso real, que pone a prueba tu técnica y que te obliga a mejorar, no porque el juego lo pida… sino porque tu propio orgullo lo exige.

The Thrill of the Fight 2

7.4 Puntuación

PROS

  • Físicas de impacto sorprendentemente realistas: cada golpe tiene peso y trayectoria clara.
  • IA mucho más inteligente que en el original: exige estrategia real.
  • Inmersión total gracias al tracking impecable de Quest 3.
  • Entrenamientos útiles que mejoran de verdad tu rendimiento.
  • Una experiencia física auténtica que ningún otro juego de VR iguala.

CONS

  • Visualmente sigue siendo muy básico para los estándares de Quest 3.
  • Pocas opciones de progresión profunda o modos adicionales.
  • Algunos movimientos y animaciones aún necesitan más refinamiento.
  • Puede resultar demasiado exigente para jugadores ocasionales.
  • Sin elementos narrativos o contenido variado más allá del boxeo puro.

Puntuación de Generación XR

  • Gráficos y estilo visual 0
  • Sonido y ambientación 0
  • Jugabilidad e interacción 0
  • Controles y físicas VR 0
  • Narrativa y contexto 0
  • Duración y progresión 0
  • Optimización en Quest 0
  • Originalidad e inmersión 0

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