De prototipo caro a promesa “accesible”: la estrategia de Meta para que las gafas con pantalla dejen de ser ciencia ficción
Durante meses, el runrún era el mismo: las primeras gafas de Meta con pantalla integrada iban a superar fácilmente los mil dólares. Un juguete caro para fanáticos de la tecnología, más cerca del escaparate de un congreso que del salón de tu casa. Sin embargo, el último informe de Mark Gurman en Bloomberg ha puesto la nota sorprendente: el dispositivo, conocido internamente como Meta Celeste, rondará los 800 dólares en su lanzamiento.
La diferencia es notable, de los 1.300–1.400 dólares que se barajaban hace tan solo unos meses, la compañía pasa a plantear un precio que, aunque sigue lejos de ser barato, entra en la categoría de “quizá me lo pienso”. Y eso, en el mundo de la electrónica de consumo, puede marcar la frontera entre ser un experimento anecdótico o un producto que se empieza a ver en la calle.

Un vistazo a las gafas que quieren hacerte olvidar el móvil
Celeste no será una reedición con lentes de moda como las Ray-Ban actuales, sino un dispositivo con un propósito más ambicioso: integrar un HUD capaz de mostrar notificaciones, traducciones en tiempo real, subtítulos y respuestas de Meta AI directamente frente a tus ojos. Nada de agacharse al móvil, nada de esperar al reloj: la información flotando en tu campo de visión, como en las películas de ciencia ficción, pero sin explosiones de fondo (de momento).
El control también tiene truco. En lugar de cámaras o mandos, estas gafas se combinarán con una pulsera llamada en clave Ceres, que utiliza electromiografía para detectar los movimientos musculares de tu muñeca. Un pellizco con los dedos y ya estás navegando por menús invisibles. Parece magia, aunque detrás haya ciencia y sensores de lo más sofisticados.
Peso, diseño y fecha en el calendario
En cuanto al diseño, se espera que Celeste sea algo más robusta que las actuales Ray-Ban Meta, con un peso aproximado de 70 gramos frente a los 50 gramos del modelo sin pantalla. No es un ladrillo en la cara, pero sí un recordatorio de que la miniaturización aún tiene camino por recorrer.
La cita señalada es el Meta Connect 2025, programado para el 17 y 18 de septiembre. Todo apunta a que será el escaparate elegido para mostrar el dispositivo al público, abrir reservas y fijar las primeras entregas para octubre. Un calendario ajustado que busca aprovechar la campaña de fin de año y, de paso, colarse en las listas de regalos tecnológicos.

¿Un golpe al mercado o un globo sonda?
La decisión de bajar a 800 dólares no solo es un gesto hacia el consumidor: es un cambio de estrategia. Meta sabe que si quiere plantar la semilla de un ecosistema de gafas inteligentes, necesita volumen. Y para lograrlo, está dispuesta a asumir menos beneficios por unidad con tal de multiplicar la base de usuarios.
La gran incógnita es cómo reaccionará el mercado. ¿Veremos por fin unas gafas con pantalla integradas en la rutina diaria, o quedarán como el enésimo intento fallido de matar al smartphone? Lo único seguro es que la compañía de Mark Zuckerberg se juega mucho en esta apuesta. Y nosotros, los usuarios, estamos deseando comprobar si esta vez la realidad aumentada consigue ser algo más que una demo llamativa en una feria.