El juego indie que te permite ser un gato ahora permite también compartir travesuras con otros mininos en un nuevo entorno multijugador cooperativo

Era cuestión de tiempo. Después de arrasar en App Lab y convertirse en uno de los títulos más comentados por su propuesta absurda pero irresistible, I Am Cat da el salto a lo social. El juego desarrollado por New Folder Games, que ya nos permitía convertirnos en un adorable felino para explorar, destrozar o simplemente pasear por la casa de la abuela, ahora incluye un modo multijugador para hasta 20 jugadores simultáneos. Porque si hacer el gamberro en solitario era divertido, imagínate cuando lo haces con una docena de gatos virtuales maullando y tirando jarrones a la vez.

El nuevo modo multijugador ya está disponible en la versión para Meta Quest, y marca el inicio de una nueva etapa para un título que, sin hacer demasiado ruido, ha demostrado que todavía queda mucho por rascar en el género sandbox de realidad virtual.

De la alfombra del salón al mar: nuevos mapas, cosméticos y caos cooperativo

Con esta actualización, I Am Cat introduce un nuevo entorno abierto inspirado en el mar, donde los gatos no solo pueden interactuar con el mundo, sino también con otros jugadores. Las partidas, por ahora, son públicas, lo que significa que cada encuentro será imprevisible y potencialmente desastroso (en el buen sentido). Y para añadir más personalidad al caos, se han incorporado sombreros, accesorios y skins desbloqueables para personalizar a tu gato como si fueras el estilista de una pasarela felina interdimensional.

Además, los desarrolladores ya han confirmado que están trabajando en implementar partidas privadas y más contenido a lo largo del año. El objetivo está claro: convertir este pequeño fenómeno de nicho en un título social con comunidad activa y actualizaciones constantes.

Un éxito silencioso que se ha ganado su sitio en Quest

Lanzado en diciembre de 2024, I Am Cat empezó como un experimento simpático, pero pronto escaló posiciones en la tienda gracias a su enfoque original, sus mecánicas físicas locas y un precio ajustado. Con valoraciones abrumadoramente positivas y una comunidad entregada, el juego ha demostrado que no hace falta un presupuesto triple A para conquistar la VR: basta con una buena idea, un poco de humor y un gato virtual que se pueda meter dentro del horno.

Su evolución hacia un modelo más social es natural, especialmente viendo el auge de experiencias como Gorilla Tag, VRChat o Rec Room. Pero lo que diferencia a I Am Cat es que no busca ser una red social con cascos: sigue siendo un juego, con reglas absurdas, físicas hilarantes y una identidad muy marcada. Y eso, en tiempos de clones y experiencias genéricas, es de agradecer.

I Am Cat

¿Será este el sandbox VR definitivo para amantes de los gatos y el descontrol?

Lo que empezó como un simulador relajado se está transformando en una plataforma social inesperadamente rica. El humor visual, la libertad de acción y la posibilidad de compartir el espacio con otros jugadores abren la puerta a situaciones impredecibles y memorables. Porque cuando veinte gatos empiezan a jugar a las sillas musicales sobre una mesa de comedor virtual, sabes que algo especial está pasando.

Si New Folder Games cumple su promesa de añadir más escenarios, herramientas de creación, y soporte para comunidades, podríamos estar ante uno de los títulos sociales más potentes del ecosistema Quest. No lo veremos en torneos de eSports, ni falta que hace. Aquí se viene a jugar, a maullar… y a empujar tazas por el borde.

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