¿VR de Rebellion? Sí, y no es un Sniper Elite reciclado (aunque sí hay mucho disparo a la cabeza)
Zombie Army VR ha llegado a Meta Quest 3 con la promesa de convertir tu salón en un campo de batalla repleto de no muertos con cara de pocos amigos y vísceras por doquier. Pero no hablamos de un shooter arcade cualquiera: esto tiene sabor a serie B, cámara lenta gloriosa, vísceras flotando en el aire y francotiradores con mala leche. La pregunta es… ¿consigue todo esto sostenerse en standalone o acaba desmembrado como sus enemigos?
Spoiler: no es perfecto, pero te lo vas a pasar como un niño con escopeta de feria.
Jugabilidad: apuntar, disparar… y disfrutar de cada disparo como si fuera el último
El núcleo de Zombie Army VR es simple y delicioso: disparar con precisión y hacerlo con estilo. La sensación de usar el rifle de francotirador y ver cómo la bala viaja en cámara lenta hasta hacer estallar el cráneo de un zombi sigue siendo increíblemente satisfactoria, incluso después de decenas de repeticiones.
Meta Quest 3 mueve la acción con soltura, y aunque no estamos ante el juego más técnico del catálogo VR, los controles responden bien, el apuntado es preciso y el gunplay tiene personalidad. Puedes llevar dos armas, alternar entre secundaria y principal, recargar manualmente (con un sistema muy arcade) y lanzar granadas con la puntería de un quarterback de Walking Dead.
¿Lo mejor? Que no necesitas ser un experto. Es un shooter accesible, pero que te obliga a mantenerte en movimiento y a decidir bien cuándo hacer frente a una horda o correr como alma que lleva el diablo.

Historia: sí, hay una… pero vienes por los zombis, no por el guion
El juego te mete en la piel de un francotirador que forma parte de la Resistencia en plena Segunda Guerra Mundial, enfrentándose a un ejército de zombis nazis reanimados por arte de magia oscura y mala leche. ¿Suena a serie B pura? Sí. ¿Funciona? También. La narrativa es mínima, contada a través de radios, notas y personajes que más que hablarte te dan órdenes como si fueras el último recluta disponible. Pero se agradece que haya cierta estructura y que el avance por niveles esté justificado con misiones como rescatar civiles, activar antenas o sobrevivir a oleadas en puntos concretos.
No hay giros argumentales memorables, ni falta que hacen. Aquí lo importante es tener claro a quién hay que reventar y con qué arma. Todo lo demás es accesorio, como debe ser en un juego que no pretende ganar un BAFTA, sino provocar carcajadas al ver cómo le vuelas la cabeza a un zombi con un tiro quirúrgico desde 100 metros.
Gráficos en Quest 3: sorprendentemente buenos… para un apocalipsis zombi portátil
Que nadie te engañe: Zombie Army VR no es un port directo de PC. Es una adaptación pensada para Meta Quest 3, con texturas más comedidas, iluminación más suave y algunos escenarios simplificados. Pero a pesar de esas limitaciones, el juego luce muy digno, especialmente en interiores y zonas con niebla o iluminación roja (que hay muchas, esto es Rebellion).
Los modelados de los enemigos están bien conseguidos, con animaciones torpes que, en este caso, encajan a la perfección con la ambientación. Las explosiones, los efectos de las granadas, el humo… todo contribuye a una atmósfera que no busca el realismo, sino el disfrute visual del apocalipsis.
Y sí, la cámara lenta al disparar con el rifle es un auténtico regalo. Ver cómo la bala recorre el aire y atraviesa el cráneo de un enemigo con todo lujo de detalles es una experiencia que nunca pasa de moda.

Sonido y música: orquesta de gritos, vísceras y metralla
Aquí Rebellion sabe lo que hace. El diseño sonoro es sucio, contundente y deliciosamente exagerado. Cada disparo de escopeta resuena como si tuvieras un cañón portátil. Las balas impactan con fuerza, las granadas tienen un estallido profundo y el grito de los zombis al caer añade ese toque macabro que tanto nos gusta.
La banda sonora, por su parte, es sutil pero efectiva. Aparece en los momentos clave para aumentar la tensión, con toques de terror clásico y acción militarizada. Nada que se te quede grabado en la cabeza, pero cumple su función con nota. Eso sí, el doblaje… ni rastro del español. Todo en inglés, y aunque no es imprescindible entender cada frase, se echa en falta una localización más completa para los que preferimos no estar leyendo subtítulos mientras disparamos a una pierna tambaleante.
Multijugador en cooperativo: matar zombis siempre es mejor en compañía
Uno de los grandes aciertos de Zombie Army VR es su modo cooperativo a pantalla completa (bueno, visor completo). Puedes jugar toda la campaña junto a un amigo en línea y, aunque la IA de los enemigos no se vuelva más lista por ello, la experiencia gana muchos enteros. Coordinar ataques, cubrirte las espaldas, soltar algún que otro grito cuando un zombi aparece por la espalda… son detalles que transforman el juego en una experiencia mucho más rica.
Eso sí, no esperes un matchmaking con miles de jugadores conectados. A día de hoy, lo ideal es acordar la partida con alguien conocido porque el buscador público está más vacío que el cerebro de un no muerto. Si logras entrar con un compañero, el disfrute se multiplica. Si no, la campaña en solitario sigue funcionando a la perfección, pero quizás te deje con la sensación de “esto con un colega sería la leche”.

Duración: corto, pero intenso… como un buen apocalipsis
Zombie Army VR no es un juego largo. La campaña puede durar entre 4 y 6 horas, dependiendo de tu habilidad y de cuánto te guste explorar los escenarios en busca de coleccionables (que los hay, aunque sin mucha recompensa). Ahora bien, esas horas son intensas. El ritmo no decae, los tiroteos son frecuentes y las situaciones se renuevan lo suficiente como para que no sientas repetición.
Además, si decides rejugar niveles en dificultad superior o probar el cooperativo, el valor se alarga un poco más. Pero no nos engañemos: no estamos ante un título infinito ni con decenas de modos secundarios. Es un viaje breve pero contundente. Como una ráfaga de metralleta: directa, efectiva y con olor a pólvora.
Valoración general: ¿merece la pena en Quest 3?
Zombie Army VR es una adaptación sólida, divertida y sin complejos. No pretende reinventar el género ni ofrecer el realismo de un simulador militar. Lo suyo es el espectáculo sangriento, el humor negro y el puro disfrute arcade. Y lo consigue con creces, especialmente en Quest 3, donde el rendimiento es estable y la experiencia se mantiene fluida incluso en los momentos de mayor caos.
¿Tiene margen de mejora? Por supuesto. Faltan más modos de juego, el doblaje brilla por su ausencia y algún que otro bug gráfico hace acto de presencia en momentos puntuales. Pero en conjunto, hablamos de uno de los shooters más recomendables del catálogo VR actual si lo que buscas es acción rápida, zombis por docenas y cámaras lentas que te saquen una sonrisa sádica.
Zombie Army VR
PROS
- La cámara lenta al disparar con el francotirador es puro espectáculo
- Cooperativo online funcional y muy divertido
- Buen diseño sonoro y efectos que meten de lleno en la acción
- Jugabilidad directa y satisfactoria: matar zombis nunca pasa de moda
CONS
- Muy corto, y sin modos adicionales más allá de la campaña
- No está doblado al español, ni siquiera subtítulos completos en todos los menús
- Escenarios algo repetitivos en diseño y color
- El multijugador público está bastante vacío
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