Análisis Peaky Blinders para Pico 4

Análisis Peaky Blinders para Pico 4.

Analizar un juego de una de las series más vistas en los últimos tiempos no es tarea sencilla, pero os la traemos de la mano de alguien que no ha visto ni un solo capítulo de la serie, para que sea lo más objetiva posible… yo.

Sí, lo siento, pero ni un solo episodio he visto, así que he conocido antes el juego que la famosa serie y solo os diré que la tendré que empezar en breve, ya que el juego me ha captado.

Y es que los años 20 siempre me han gustado mucho y la ambientación que pone el juego es fabulosa, los escenarios magníficos y los personajes están muy bien hechos.

Los callejones sucios, la espesa niebla, la personalidad de antaño, las mafias británicas, todo el conjunto te atrapa y lo vives con una inmersión magnífica, estamos frente a un juegazo.

Historia en Peaky Blinders: The King’s Ransom

Lo primero que quiero aclarar es que he podido jugar al juego sin haber visto un solo capítulo de la serie, así que no os preocupéis si estáis en la misma situación que yo, ya que no es nada necesario para disfrutar del mismo.

La historia, seguro que conocida por todos, trata sobre peleas de bandas callejeras, pero en los años 20 no se andaban con tonterías y se podrían comparar tranquilamente con la mafia italiana de los años 30.

Nosotros somos un aspirante para entrar en la banda de la familia Shelby, banda criminal que, como todas, quieren controlar el cotarro de la ciudad. Aquí entran peleas, tiroteos, acción, traiciones, en fin, lo que viene siendo la vida cotidiana de un gangster.

Pero como toda buena historia, tendremos una banda rival quienes luchan a favor del comunismo a base de revolución, propaganda revolucionaria por las calles y luchando contra el gobierno de Londres.

Por si fuera poco, una tercera banda, en este caso de carácter oriental, que controlan la droga del lugar, también se interponen para meter más leña.

Ahora dependerá de nosotros el poner un poco de orden.

Gráficos

Nos han sorprendido, sobre todo, los callejones, la ambientación, la niebla, en este caso, mucho más que los personajes robóticos del juego. Al jugar en un standalone, no nos esperábamos esa calidad en las texturas y accesorios.

La inmersión es total gracias a todo esto y hacen que nos sentamos en el Londres de los años 20.

Ahora estamos ansiosos por ver la versión de PCVR y en especial, la de PSVR 2, las cuales llegarán en breve.

En ambos casos, la cosa promete ser espectacular.

El juego se basa constantemente en ambientes oscuros alumbrados por algunas lámparas de aceite y el efecto conseguido es alucinante. Un punto muy positivo es la gran cantidad de escenarios y los distintos que son el uno del otro, totalmente diferenciados, algo que se agradece.

Por otro lado, el aspecto más negativo son los personajes, algo justos, tanto en texturas, como en IA. Lo m´s seguro que las caras sean conocidas a los seguidores de la serie, pero este detalle me ha pasado totalmente desapercibido.

Jugabilidad y comodidad

Las mecánicas son las básicas de todo juego VR de acción, así que no entraremos mucho en esto, son aceptables, no marean y muy sencillas, vamos, lo básico.

En jugabilidad entraría que el juego es muy corto, incluso para mí, que no me gustan los juegos demasiado extensos, pues en este caso, lo he encontrado demasiado corto. Creo que apenas me duró cuatro o cinco horas.

La cuestión es que como está partido en capítulos cortitos, se nos hace más rápido aún y en cuanto estamos en pleno auge, se nos acaba.

Otro tema es que es sumamente sencillo, los puzles rozan el ridículo, y las fases de ación no suponen ningún obstáculo. Es más un asunto visual que de destreza.

Cuando se termina, acabas con la sensación de estar frente a una historia narrativa en vez de un juego completo, eso sí, con una historia alucinante y disfrutable.

Conclusión de nuestro análisis de Peaky Blinders

No nos vamos a engañar, esperábamos mucho más del juego, que aun así, no nos ha defraudado en exceso, es toda una experiencia.

Lo mejor es caminar por las calles de Londres de los años 20, con esa niebla y esa suciedad típica de los años, es alucinante.

La sencillez del juego lo empaña un poco, se juega solo y en ocasiones nos sentiremos estúpidos por lo facilón que es.

También se nos ha hecho corto, que tampoco sería un gran problema si no fuera por su alto precio.

Eso sí, el juego es un indispensable para los amantes de la serie que lo gozarán como pocos.

Un juego que lo dejaremos en un buen juego, sin ir a más, pero que podía haber llegado mucho más alto.