El nuevo visor independiente de HMS combina potencia Snapdragon, batería intercambiable y un enfoque 100 % empresarial
Cuando muchos daban por muerta la herencia de HoloLens 2, aparece SiNGRAY G2, un visor de realidad aumentada que llega desde Japón dispuesto a reclamar ese trono olvidado. El dispositivo está siendo desarrollado por HMS, una compañía especializada en visión por computador, y acaba de mostrarse por primera vez fuera de Japón en el Augmented Enterprise Summit (AES) celebrado en Dallas. Su misión está clara: convertirse en el sucesor espiritual de HoloLens 2, pero con un diseño más práctico y menos prohibitivo en costes.
La clave de este nuevo visor está en el uso de ópticas Birdbath, similares a las que emplean gafas como Xreal o Viture, pero integradas en un dispositivo totalmente autónomo. Esto lo convierte en un híbrido peculiar: por un lado más económico que los sistemas con guías de onda difractiva, y por otro con limitaciones ópticas evidentes, ya que cuanto más opaco es el display, más oscuro se percibe el mundo real. Un trato de “o ves bien lo virtual o ves bien lo real” que no convence para el salón de casa, pero que en entornos industriales puede marcar la diferencia.
Potencia de smartphone, tracking de lujo
El hardware de SiNGRAY G2 lo sitúa en la liga de los grandes. En lugar de depender de un móvil externo, integra un Snapdragon 8 Gen 2, el mismo chip que sirve de base para el XR2 Gen 2 presente en visores como Quest 3 o Pico 4 Ultra. Y como guinda, el visor delega el tracking en un Intel Movidius Myriad X, una VPU independiente que recuerda al enfoque de HoloLens 2 con su “Holographic Processing Unit”. En teoría, esta combinación debería ofrecer un rendimiento superior al de Quest 3, con una eficiencia pensada para aplicaciones profesionales.
La pantalla monta paneles Micro-OLED 1080p a 90 Hz, que, combinados con el sistema Birdbath, logran un campo de visión de 47 grados en diagonal. No es precisamente un IMAX en la cara, pero tampoco un agujero de cerradura. La comparación directa con HoloLens 2 lo deja bien parado: más resolución, más potencia y un diseño que busca simplificar costes sin renunciar a funciones críticas como el sensor de profundidad. Eso sí, aquí no hay eye-tracking, un sacrificio que deja claro que el foco es práctico, no futurista.

Diseño pensado para el trabajo
Otro punto diferencial es la batería intercambiable de 18,2 Wh, con un pequeño módulo secundario que da tres minutos de margen mientras cambias la principal. Esto, que parece una curiosidad técnica, en realidad es oro puro en un entorno industrial donde cada minuto de inactividad cuesta dinero. El visor no pretende ganar concursos de moda: su objetivo es funcionar sin interrupciones en fábricas, talleres o centros de formación.
En cuanto al software, SiNGRAY G2 corre una versión personalizada de Android y es compatible con OpenXR, lo que le da un ecosistema flexible desde el primer día. Además, vendrá con aplicaciones preinstaladas de frontline.io, enfocadas en formación, asistencia remota y procedimientos guiados, confirmando que este visor no está aquí para que juegues al Tetris flotante en tu salón.

Una apuesta empresarial para 2026
Por ahora, no hay precio público, aunque las reservas se abrirán a finales de 2025 y la producción en masa está prevista para 2026. Lo que sí está claro es que este no será un dispositivo de consumo: SiNGRAY G2 apunta directamente al sector empresarial, con un planteamiento muy distinto al de Meta, Apple o Samsung, que persiguen el mercado doméstico.
En definitiva, HMS está apostando por un nicho claro: empresas que necesitan RA fiable y práctica, sin adornos innecesarios. Si lo consiguen, puede que el legado de HoloLens 2 no esté tan muerto como parecía… aunque para los jugadores comunes seguirá siendo otro aparato prohibido con el cartel de “solo para empresas”.