Una solución creada por un ingeniero de Microsoft promete compatibilidad total con SteamVR y fecha de lanzamiento este 29 de agosto
¿Tienes un visor Windows Mixed Reality cogiendo polvo en el armario? ¿Uno de esos HP, Lenovo o Samsung que un día prometieron ser el futuro pero acabaron olvidados por culpa de Microsoft? Buenas noticias: hay vida más allá del abandono oficial. El nuevo driver Oasis, desarrollado por el ingeniero de Microsoft Matthieu Bucchianeri, podría devolverles toda su funcionalidad dentro del ecosistema SteamVR. Y no en un futuro lejano: el lanzamiento está previsto para el 29 de agosto de 2025, si todo va según lo previsto.
Este driver independiente, que será distribuido a través de Steam, permite conectar visores WMR directamente a SteamVR sin necesidad del ya difunto Mixed Reality Portal. Y sí, incluye seguimiento completo (6DoF) y compatibilidad con los controladores originales. Puede que Microsoft diera la espalda a sus propios cascos… pero hay gente que no está dispuesta a dejarlos morir tan fácilmente.
Un proyecto nacido desde dentro, pero sin apoyo oficial
Lo curioso de todo esto es que el autor del driver no es un outsider, sino un ingeniero en plantilla de Microsoft. Pero que nadie se confunda: Matthieu Bucchianeri ha desarrollado Oasis por su cuenta, en su tiempo libre, sin financiación ni respaldo oficial. Un auténtico acto de arqueología tecnológica, basado en ingeniería inversa, que ha requerido descifrar el funcionamiento del hardware WMR sin usar código propietario ni documentación interna.
¿Por qué no hacerlo open source, entonces? Sencillo: porque aunque el proyecto es limpio a nivel legal, abrir el código aumentaría el riesgo de violar alguna cláusula de confidencialidad de forma indirecta. Así que de momento, Oasis será cerrado, pero gratuito. Y con un objetivo muy concreto: que nadie tenga que tirar su visor a la basura por culpa de una decisión corporativa tomada en un despacho.
Compatibilidad Nvidia sí, AMD de momento no: un detalle técnico con consecuencias
Ahora viene el “pero” técnico. En su lanzamiento, Oasis solo será compatible con tarjetas gráficas Nvidia. ¿El motivo? Un conflicto con la forma en que SteamVR accede a las GPU para capturar la imagen de los visores. Según ha explicado el propio desarrollador, este comportamiento no depende del driver en sí, sino de la arquitectura interna de SteamVR.
La buena noticia es que ya está en conversaciones con AMD para resolver esta incompatibilidad y poder incluir soporte oficial en futuras versiones. Pero de momento, si tienes una GPU AMD, tocará esperar o tirar de paciencia. Una vez más, la guerra silenciosa entre drivers y APIs sigue cobrando víctimas inocentes.

Un salvavidas para el hardware olvidado y un gesto contra el desperdicio tecnológico
Más allá del aspecto técnico, Oasis es también un acto político. En un momento donde la obsolescencia programada parece más norma que excepción, este proyecto devuelve funcionalidad real a cientos de miles de dispositivos que, de otro modo, acabarían en vertederos. Hablamos de visores perfectamente funcionales que dejaron de ser útiles solo porque su software fue retirado del sistema operativo.
Visores como el HP Reverb G1/G2, los modelos de Acer, Lenovo, Asus, Dell o Samsung Odyssey vuelven a tener sentido en 2025 gracias a este esfuerzo. Para usuarios con presupuestos ajustados, entornos educativos, desarrolladores indie o makers en general, esta iniciativa es oro puro. Y encima, sin depender de hacks inseguros ni soluciones chapuceras.
La comunidad VR se mueve… aunque los gigantes no lo hagan
Oasis no es solo un driver: es un recordatorio de que la comunidad puede ser más rápida, más eficaz y más ética que muchas grandes tecnológicas. Mientras Microsoft firma la sentencia de muerte de su plataforma VR sin pestañear, un solo ingeniero decide escribirle una segunda vida con sus propias manos.
¿Limitaciones? Las hay. ¿Obstáculos? También. Pero si lo que importa es que un visor olvidado vuelva a conectarse, detecte el entorno y se sienta como parte de 2025… Oasis es el parche, el salvavidas y el acto de rebeldía que muchos estábamos esperando.