Una idea prehistórica que se siente más real de lo esperado
El género de supervivencia ya lo hemos visto en todas las salsas: zombis, islas desiertas, planetas alienígenas… pero Neolithic Dawn decide mandarte miles de años atrás, directo a la prehistoria. Nada de electricidad, nada de tutoriales amables, aquí lo primero que haces es buscar un palo y rezar para que te dure más que tu paciencia. La propuesta es clara: construir tu refugio, cazar para alimentarte y fabricar herramientas con lo poco que encuentres.
Y sí, puede sonar a “otro survival más”, pero la realidad es que la ambientación en VR lo cambia todo. Tras unos días con el juego en Quest, queda claro que la gracia está en sentirte realmente en los huesos de un cavernícola. Tal vez no descubrimos el fuego, pero sí descubrimos lo mucho que te sudan las manos cuando una bestia prehistórica te embiste y lo único que tienes es una lanza de palo mal afilada.
Sobrevivir sin wifi ni microondas: pura esencia survival
Lo mejor y lo peor de Neolithic Dawn es lo crudo que resulta. Aquí no hay minimapa con iconitos ni marcadores mágicos que te digan dónde está el ciervo más cercano. Tienes que explorar, memorizar y apañártelas como puedas. Recolectar piedras, tallarlas, buscar ramas y montar herramientas básicas es el pan de cada partida. Lo mismo para cazar: paciencia, puntería y algo de suerte.
El juego es exigente, incluso con sus primeras horas. La curva de aprendizaje es dura, y más de una vez morirás de hambre antes de entender bien cómo gestionar los recursos. Pero cuando logras fabricar tus primeras armas y defender tu cueva, la satisfacción es real. Es ese tipo de survival que no regala nada y que convierte cada pequeño logro en una victoria.

Un mundo visual que cumple, aunque no deslumbra
En lo visual, Neolithic Dawn hace lo justo para meterte en la prehistoria. Los paisajes son amplios y variados: bosques, montañas, cuevas… pero no esperes un espectáculo gráfico. En Quest se mueve fluido, pero con texturas algo planas y animaciones que parecen más de un documental educativo que de un juego AAA.
Eso sí, la dirección artística logra lo que necesita: transmitir soledad, naturaleza salvaje y la sensación de estar en un mundo hostil. Cuando cae la noche y apenas ves nada más allá de tu hoguera, la inmersión funciona. No es un título que ganará premios por sus gráficos, pero cumple con lo que se propone.

Sonidos de la naturaleza y gritos de desesperación
El apartado sonoro sorprende más de lo esperado. Los efectos de animales, el viento entre los árboles y el crujido de la madera cuando trabajas están bien conseguidos. No hay banda sonora constante, solo ambiente natural que refuerza la sensación de aislamiento. Eso sí, algunos sonidos son un tanto repetitivos, y después de varias horas el rugido de ciertos animales puede hacerse pesado.
Lo positivo es que no rompe la experiencia, al contrario: el silencio muchas veces es parte del reto. Y cuando un depredador rompe ese silencio con un rugido, te aseguro que se te acelera el pulso.

Una duración que depende de tu aguante cavernícola
La campaña no es lineal, así que la duración depende mucho de cómo afrontes el reto. En nuestras pruebas, entre aprender las mecánicas, explorar y morir más veces de las que nos gustaría, echamos fácilmente más de 15 horas. Y todavía quedaba por descubrir más crafteos y zonas nuevas.
No es un juego para todos: si no te gusta el ciclo de prueba-error, vas a frustrarte rápido. Pero si disfrutas la supervivencia dura, la rejugabilidad está garantizada. Cada partida será distinta, con nuevos peligros y con ese orgullo de sobrevivir un día más en la era de piedra.

La prehistoria nunca fue tan incómoda (y divertida)
Neolithic Dawn no inventa nada que no hayamos visto en el género, pero el hecho de vivirlo en VR lo eleva a otro nivel. Fabricar, cazar y sobrevivir con tus propias manos es una experiencia única que ningún survival plano transmite igual. Sí, es duro, a veces frustrante y gráficamente modesto, pero también es absorbente y tremendamente satisfactorio.
Es un título que exige compromiso: no es para partidas casuales de diez minutos, sino para jugadores que quieran perderse en la inmersión de una vida sin comodidades. Si entras en su juego, descubrirás que aguantar un día más en este mundo es más emocionante que salvar la galaxia en cualquier otro.

Neolithic Dawn
PROS
- Inmersión brutal al ponerte en la piel de un cavernícola.
- Mecánicas de supervivencia duras pero gratificantes.
- Amplio mundo para explorar con buena variedad de entornos.
- VR aporta un plus único al género survival.
CONS
- Curva de aprendizaje muy exigente y poco amigable.
- Gráficos y animaciones correctos pero sin destacar.
- Sonidos algo repetitivos tras varias horas.
- Puede volverse demasiado duro para quienes busquen una experiencia más relajada.