La startup francesa apuesta por la transparencia donde otros solo ven negocio cerrado
Cuando hablamos de positional tracking 6DoF, lo normal es pensar en soluciones propietarias, cerradas y custodiadas por las grandes tecnológicas como si fueran la receta secreta de la Coca-Cola. Pero la francesa Lynx ha decidido que ya basta de tanto secretismo y ha liberado un sistema de tracking open source que funciona en cualquier visor Android con chipset Qualcomm. En otras palabras: han cogido lo que suele ser “caro y exclusivo” y lo han convertido en “aquí lo tienes, compártelo y mejóralo si puedes”.
La jugada no debería sorprender: desde que presentó el Lynx R1 en 2020, la compañía fundada por Stan Larroque ha tenido un discurso claro de apertura. Por desgracia, los retrasos de su visor hicieron que llegara al mercado cuando Meta Quest Pro, Quest 3 y hasta Apple Vision Pro ya estaban ocupando titulares. Aun así, Lynx sigue a lo suyo, defendiendo lo que considera su filosofía: si se puede abrir, se abre.

ORB-SLAM3 adaptado para XR y optimizado para Qualcomm
El nuevo sistema de tracking de Lynx está basado en ORB-SLAM3, un algoritmo de visión por computadora considerado estándar de la industria. La gracia está en que lo han adaptado para que funcione en Android, aprovechando además el Hexagon DSP de los chipsets Qualcomm, diseñado específicamente para procesar sensores e imágenes. Esto libera carga del CPU y permite que el tracking se ejecute con inputs de 640×400 píxeles a 90 FPS en un Snapdragon XR2 Gen 1 (el chip que llevan Quest 2, Pico 4 y el propio Lynx R1).
El resultado es una librería open source bajo licencia GPLv3: cualquiera puede usarla, modificarla y, lo más importante, si la implementa en un producto comercial, está obligado a mantenerla abierta. Vamos, que no es un regalo con trampa, sino un compromiso real con la comunidad.
¿Por qué importa este movimiento?
La mayoría de visores XR independientes utilizan las soluciones de tracking cerradas de Qualcomm, o bien desarrollan las suyas propias como hacen Meta y Pico. Eso deja a las empresas más pequeñas atadas a lo que otros deciden. Con este paso, Lynx ofrece una alternativa libre y transparente que puede ser clave en proyectos donde el software necesita ser auditado o donde la seguridad de los datos de cámara no admite cajas negras.
Como apuntaba el propio Stan Larroque: “Los algoritmos de SLAM open source llevan siendo muy buenos desde hace 8 años. El verdadero problema siempre ha sido productizarlos: integrarlos en el runtime, gestionar los casos límite, la recuperación, etc.”. En resumen: la teoría ya estaba resuelta, lo difícil era llevarla al mundo real.

Un guiño a la comunidad y un dardo a la industria
Que Lynx apueste por abrir un sistema así es un mensaje en dos direcciones: por un lado, invita a investigadores, desarrolladores y pequeñas compañías a experimentar con un tracking de nivel comercial sin pagar licencias desorbitadas; por otro, lanza una crítica velada a las grandes tecnológicas que siguen defendiendo muros cada vez más altos alrededor de sus ecosistemas.
No está claro cuántas empresas se animarán a usar esta librería, pero una cosa es evidente: Lynx ha dado un paso que podría inspirar a otros a seguir su ejemplo. Y si no lo hacen, al menos la compañía francesa podrá presumir de haber convertido algo tan hermético en una herramienta que cualquiera puede examinar, modificar y usar.
En un sector donde lo “open source” es la excepción y no la norma, Lynx vuelve a recordarnos que la VR no solo se construye con hardware caro, sino también con ideas abiertas. Y eso, hermano, es mucho más revolucionario que cualquier logo con forma de infinito.