Análsis de Squishies – Roll Them Home!: ternura y frustración a partes iguales

Una excusa adorable para perder los nervios

En Squishies – Roll Them Home!, desarrollado por Brainseed Factory, la narrativa brilla por su ausencia… y no pasa nada. La premisa es sencilla: ayudar a unas criaturitas redondas y blanditas a regresar a casa superando niveles llenos de obstáculos. No hay reyes malvados, ni invasiones épicas, ni giros de guion que te dejen pensando. Aquí la historia es un marco simpático para justificar que uses tus manos como sopladores interdimensionales. Es un cuento mínimo que no busca emocionar, sino ponerte a prueba con ternura. La trama se olvida rápido, pero los Squishies, con sus ojillos adorables, se encargan de recordarte por qué estás ahí: para empujarlos, guiarlos y, muchas veces, verlos rodar hacia un destino desastroso.

Jugabilidad: soplar, aspirar y repetir hasta la gloria

La jugabilidad es la esencia de este título. Usando unas peculiares “pistolas de aire”, debes soplar o aspirar a los Squishies para guiarlos por escenarios repletos de trampas, rampas y precipicios. El control está bien adaptado a la realidad virtual: la sensación de empujar físicamente a las criaturas añade inmersión y cierta satisfacción cuando logras moverlas con precisión. Pero la otra cara de la moneda es la frustración: la física no siempre responde como quieres, y más de una vez un Squishy acabará rodando hacia la perdición por un error mínimo. La dificultad sube pronto, obligándote a repetir niveles hasta dominar el equilibrio entre fuerza y dirección. El ensayo-error se convierte en rutina, y ahí está el encanto: reírte de tus fracasos hasta conseguir la jugada perfecta.

Gráficos y estilo visual: un mundo sencillo, pero lleno de color

Visualmente, Squishies – Roll Them Home! apuesta por un estilo minimalista y colorido. Los escenarios son simples, con plataformas flotantes, rampas y bloques de colores vivos que recuerdan a un parque de juegos infantil. Los Squishies, por su parte, son adorables y expresivos: su diseño transmite simpatía incluso cuando los lanzas sin querer al vacío. No es un juego que busque sorprender técnicamente, pero sí ofrece un entorno agradable que encaja con el tono ligero de la experiencia. El rendimiento es estable en Quest, con gráficos modestos pero eficaces, mientras que en PC VR se disfruta con mayor nitidez sin perder el estilo cartoon que lo caracteriza.

Sonido y banda sonora: menos es más

El apartado sonoro no pretende destacar, pero acompaña correctamente la acción. Los efectos de soplido, succión y los pequeños ruiditos de los Squishies son los protagonistas, añadiendo un toque simpático que refuerza la ternura de las criaturas. La música es discreta y no pasará a la historia, pero cumple su cometido: no distraer mientras intentas calcular la trayectoria perfecta. El silencio entre intentos hace que cada soplido o caída suene aún más marcado, y aunque no hay grandes composiciones épicas, el audio está al servicio del gameplay y se agradece su simplicidad.

Duración y rejugabilidad: contenido para rato

El juego ofrece una campaña con 100 niveles distribuidos en 5 mundos, cada uno con retos y secretos. Además de guiar a los Squishies hasta la meta, existen objetivos secundarios como recoger cristales, descubrir huevos ocultos y superar tiempos marcados. Esto aumenta la rejugabilidad para quienes buscan completar el juego al 100 %. Por si fuera poco, el título incluye un editor de niveles, lo que abre la puerta a infinitas creaciones por parte de la comunidad. Si te engancha el sistema de juego, la duración se multiplica gracias a este componente creativo.

Relación calidad-precio: ternura que no arruina

Por unos 14,99 €, Squishies – Roll Them Home! ofrece una buena cantidad de contenido. La campaña ya justifica el precio, y el editor de niveles lo convierte en una inversión aún más rentable. No es un título que impresione por lo técnico ni por lo narrativo, pero sí destaca por lo original de su propuesta y por la capacidad de enganchar durante horas. Para quienes disfruten de los retos de precisión y tengan paciencia con la física, el juego ofrece mucho valor por lo que cuesta.

Conclusión: adorable y desesperante en la misma medida

Squishies – Roll Them Home! es una mezcla peculiar de dulzura y desesperación. Su propuesta original, combinando soplidos y físicas en realidad virtual, resulta tan entretenida como frustrante. No todos los jugadores disfrutarán de repetir niveles una y otra vez, pero quienes se enganchen descubrirán un título exigente, creativo y muy rejugable. Con un precio ajustado, un editor que multiplica el contenido y un estilo visual simpático, es una opción recomendada para quienes buscan algo distinto dentro del catálogo VR. Eso sí: prepara tu paciencia, porque los Squishies no perdonan errores.

Un título original y exigente que mezcla ternura y frustración a partes iguales. No es para todos los públicos, pero quien le coja el gusto encontrará horas de diversión creativa.