¿Sobrevivirías a un invierno eterno a bordo de una ciudad sobre raíles?
No todos los juegos de supervivencia comienzan con una luna destrozada, una civilización colapsada y una locomotora gigante que se abre paso entre la escarcha como si fuera el mismísimo arca de Noé. Pero Frostliner no es cualquier juego. El nuevo proyecto del desarrollador australiano Nathan Gane ha sorprendido a propios y extraños al colarse en más de 10 000 listas de deseos de Steam en menos de una semana, y lo ha hecho sin ruido, sin marketing agresivo… solo con una premisa tan heladora como irresistible: construir una ciudad móvil para sobrevivir al fin del mundo.
Presentado con un tráiler que ha dejado helados (literalmente) a los fans de la estrategia y la narrativa postapocalíptica, Frostliner propone un reto brutal: mantener con vida a los últimos humanos mientras atraviesas los páramos congelados de una Tierra en ruinas. Y sí, cada parada puede ser la última si te pasas de listo.
La ciudad viaja sobre raíles… pero el peligro viaja contigo
Imagina que el único lugar seguro del planeta es un tren. No uno cualquiera, claro, sino una mole mecánica diseñada para resistir temperaturas mortales, ataques hostiles y decisiones morales que te quitarán el sueño. En Frostliner, cada parada es una apuesta. ¿Buscarás combustible, suministros o nuevos supervivientes? ¿Arriesgarás una expedición o te quedarás sin batería para volver a arrancar?
Las reglas del juego son simples: sin calor, no hay vida. Sin recursos, no hay progreso. Sin cabeza… no hay capitán.
Tendrás que gestionar cada vagón como si fuera oro puro: añadir instalaciones, optimizar su colocación para ganar bonificaciones, investigar tecnología, fabricar defensas y decidir en qué momento jugártelo todo por un puñado de leña o por una cara nueva con talento. Todo mientras avanzas por una historia lineal cuidadosamente escrita que va desvelando qué ocurrió tras ese cataclismo lunar que puso el mundo en modo congelador.

Del sueño personal al fenómeno indie
Lo más sorprendente de Frostliner no es su premisa ni su estilo visual —sobrio, elegante, con ese toque de ciencia ficción helada que remite a clásicos como Snowpiercer—, sino el hecho de que todo esto lo está construyendo Nathan Gane, un desarrollador indie en solitario desde Australia Occidental, que dejó su trabajo tras el cierre del estudio donde trabajaba y decidió apostar por el proyecto que había ido tejiendo durante años en su tiempo libre.
“Ver que más de 10 000 personas han añadido el juego a sus listas de deseos en menos de una semana es una locura”, ha declarado el propio Gane. “Me motiva a buscar colaboradores para llevar este tren lo más lejos posible”. Y viendo el resultado, no nos extrañaría que la locomotora no pare hasta llegar al podio de los grandes títulos de estrategia narrativa.

El frío no es lo peor que te espera
Además del clima letal, Frostliner añade enemigos con los que no se puede razonar. Si los recursos escasean, otros grupos intentarán quedarse con los tuyos. Puedes defender tu tren con torretas y armamento… o simplemente meter el turbo y dejarlos comiéndose hielo. Cada jugador decidirá si quiere ser un líder altruista o un estratega despiadado.
Frostliner está previsto para lanzarse en 2026 en PC, Linux y Steam Deck, pero ya puedes añadirlo a tu lista de deseos en Steam si no quieres perder el tren (literal y figuradamente). Si buscas una experiencia que combine gestión, decisiones morales y una ambientación cruda pero adictiva, este título tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo favorito de los que disfrutan sufriendo con estilo.
