El estudio francés Opus Major debuta con una aventura cooperativa donde improvisar melodías puede cambiar el destino del universo

En un panorama saturado de shooters clónicos y mundos abiertos sin alma, aparece una propuesta tan extraña como inspiradora: MAJJAM, una aventura multijugador cooperativa donde el arma principal no son las balas ni las espadas… sino la música. El joven estudio francés Opus Major acaba de presentar este proyecto que promete fusionar improvisación sonora, exploración y combate simbólico en un universo donde cada nota puede marcar la diferencia entre la vida y el olvido.

Y ojo, que no es humo indie: la desarrolladora ha recaudado 10 millones de euros este mismo año para materializar su visión. Según sus fundadores, Pierre-Armand Nicq y Jean-Nicolas Vernin, la idea es clara: llevar la magia de una jam session a un entorno cooperativo donde desconocidos vibren juntos en un viaje sensorial. Porque sí, puede que no se conozcan, pero si están tocando la misma melodía… algo poderoso está pasando.

Kodé: la niebla que devora el sonido

El universo de MAJJAM está siendo consumido por una entidad silenciosa y asfixiante: Kodé, una niebla oscura que no solo arrasa con la vida, sino que borra el sonido mismo. Un villano que no da discursos, ni tiene risa malvada, ni lleva capa. Solo avanza, implacable, haciendo que todo lo que toca quede sumido en un silencio opresivo. Para enfrentarse a ella, los jugadores no tendrán rifles ni hechizos, sino algo más simple y potente: la música.

Cada nota que se interpreta en el juego genera melodías y armonías en tiempo real, y la tecnología de autoarmonización asegura que todo suene bien, incluso si tus dotes musicales se limitan a tocar el timbre. Esto no es un juego de ritmo al uso: aquí la música es una extensión de tus acciones, una herramienta que responde al entorno y viceversa.

Y sí, sin latencia perceptible. Porque si algo puede arruinar una improvisación, es que tu compañero entre medio segundo tarde.

MAJJAM

El multijugador más humano que vas a encontrar este año

La clave de MAJJAM está en su diseño: improvisar no requiere talento, solo ganas. A través de sesiones cooperativas, los jugadores generan ritmos, desbloquean zonas y repelen la niebla de Kodé mientras comparten momentos genuinos con otros jugadores. El juego traduce la esencia de una jam session en mecánicas interactivas: luces que se activan al ritmo, paisajes que se transforman con tus notas, y santuarios que despiertan solo si tocas con el alma.

Es una experiencia musical, sí, pero también una experiencia emocional. No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo juntos.

MAJJAM

Un mundo vivo que responde al sonido

El escenario de MAJJAM es un mundo abierto onírico, lleno de secretos, ruinas olvidadas y desafíos que no se superan a base de fuerza, sino de sensibilidad. A medida que los jugadores tocan, el mundo reacciona: surgen caminos, se iluminan estructuras, se revelan acertijos. Cada melodía improvisada no solo es bella: también es útil.

¿Recuerdas aquella vez que te sentiste importante en un MMO? Aquí puedes sentir eso de nuevo, pero sin tener que farmear 80 horas para conseguir una espada brillante. Solo necesitas oídos, corazón, y un poco de curiosidad.

MAJJAM

MAJJAM quiere cambiar la forma en que jugamos… y cómo nos conectamos

Opus Major lo tiene claro: este no es solo su primer juego, es una declaración de intenciones. Apostar por la música como eje narrativo, mecánico y emocional en un multijugador no es tarea fácil, pero puede que sea justo lo que necesitaba un mercado saturado de gritos, disparos y lootboxes.

MAJJAM no es solo una rareza: es una invitación. A jugar, a compartir, a escuchar. Y quizá, solo quizá, a descubrir que incluso en el silencio hay lugar para la armonía.

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