La aclamada aventura roguelite se lanza en versión portátil el 2 de julio con todo el contenido de la edición 1.0, aspectos extra y nuevas sorpresas
En un mundo cada vez más saturado de ports exprés y aventuras clonadas, Into the Emberlands llega a Nintendo Switch con algo más que promesas recicladas: trae consigo el alma de una aventura acogedora, mágica y… sí, también trae un ornitorrinco volador. ¿Necesitas más razones para lanzarte a explorar estos páramos cubiertos de miasma?
Desarrollado por el encantador estudio Tiny Roar y editado por Daedalic Entertainment, este roguelite con espíritu explorador se lanza el 2 de julio en la consola híbrida de Nintendo, y lo hace a lo grande. Esta versión no solo incluye todas las mejoras de la celebrada edición 1.0 de PC (que cosechó un 87 % de reseñas positivas), sino que suma contenido exclusivo y se adapta a la experiencia portátil con una suavidad que da gusto.
Una linterna en una mano y un Knack en la otra
En Into the Emberlands te metes en la piel del Portador de Luz, un personaje encargado de recorrer biomas generados proceduralmente, recuperar recursos y rescatar a unos seres adorables llamados Knacks, mientras el mundo se reconstruye linterna tras linterna. Es una mezcla de exploración, gestión ligera y aventura que no agobia, no estresa y no te lanza zombies mutantes a la cara. Es, en definitiva, una experiencia que invita a respirar hondo y perderse.
Esta versión para Nintendo Switch incluye todas las novedades incorporadas tras el acceso anticipado: mejoras en la jugabilidad, expansión de biomas, más interacción con los Knacks y ajustes realizados con el feedback directo de la comunidad. También viene de serie con los tres aspectos del Supporter Pack: The Stubborn, The Determined y The Fanatic. Y como guinda, el juego incorpora un nuevo y misterioso compañero: el ya mencionado ornitorrinco volador. No preguntes por qué. Solo disfrútalo.
Un roguelite que se aleja del estrés y abraza la magia
Into the Emberlands no busca romperte los pulgares ni hacerte repetir cien veces la misma mazmorra. Aquí, morir no es el fin: simplemente vuelves al pueblo, reconstruyes con lo aprendido y te lanzas de nuevo, iluminando el mundo poco a poco. Con una banda sonora relajante, estilo visual encantador y una jugabilidad pensada para desconectar sin aburrirte, el juego se adapta perfectamente a sesiones cortas o maratones portátiles.
Además, esta edición llega completamente actualizada, sin necesidad de parches de lanzamiento ni ajustes pendientes. Está lista para jugar desde el minuto uno, ya sea en modo portátil, sobremesa o en esa pausa que te tomas fingiendo que estás trabajando.
Una joya indie con alma, ahora en tu bolsillo
Tiny Roar, el estudio alemán detrás del juego, demuestra una vez más que no hace falta ser un gigante para crear experiencias memorables. Con una trayectoria marcada por títulos como Bomb Bots Arena y proyectos prometedores como Lou’s Lagoon, han hecho de Into the Emberlands su carta de amor a la comunidad de jugadores.
Y si hablamos de apoyo a los indies, Daedalic Entertainment lleva casi dos décadas haciéndolo posible. Su catálogo abarca desde aventuras narrativas como Deponia hasta propuestas más arriesgadas como Inkulinati o Barotrauma. La unión de ambos equipos en este proyecto no solo garantiza calidad: garantiza corazón.