Realidad aumentada para todos: más ligeras, más inteligentes y con ganas de enfrentarse al reinado de Meta, Apple y Google
Durante el evento Augmented World Expo, Snap Inc. ha confirmado que lanzará en 2026 sus nuevas Specs, unas gafas de realidad aumentada diseñadas para el público general. Sí, hablamos de las mismas Specs que empezaron como juguete para influencers en 2016, pero que ahora se transforman en un serio contendiente dentro de la carrera tecnológica más emocionante del momento: la de poner una pantalla inteligente sobre tus ojos… sin parecer un ciborg de feria.
La apuesta es clara. Snap lleva invertidos más de 3.000 millones de dólares en realidad aumentada y quiere poner toda esa tecnología al servicio de algo que puedas usar en la calle sin provocar miradas raras. Y lo más potente no está en el cristal, sino en lo que ocurre detrás: IA generativa, procesamiento local, mapas espaciales colaborativos y una comunidad de más de 400.000 creadores de filtros como fuerza creativa principal.
Nuevo diseño, mismo propósito: que te las pongas y no quieras quitártelas
Las nuevas Specs serán más ligeras, con mejor campo de visión y una pantalla de 46° en diagonal que mejora considerablemente lo visto en versiones anteriores. Todo con un peso estimado de unos 226 gramos y una densidad visual que se acerca a la de visores de gama alta, sin tener el tamaño de un ladrillo en la cara.
En cuanto al precio, Snap no ha soltado la cifra exacta, pero se situará por debajo de los 3.499 dólares del Vision Pro y por encima de las Ray-Ban Meta, que rondan los 300. O sea: ni para ricos de Silicon Valley, ni para fans de gafas con Wi-Fi. Algo más equilibrado… si la tecnología lo justifica.

Una IA que entiende el mundo (y no necesita la nube)
Uno de los grandes puntos fuertes de estas Specs será la integración de inteligencia artificial local, con tecnología procedente de OpenAI y Google Gemini. Eso significa que podrás tener conversaciones con tu asistente visual, recibir ayuda contextual, ver objetos generados en 3D e incluso usar comandos tipo “enséñame cómo jugar al billar”… todo sin conexión a internet, ni enviar tus datos a servidores lejanos.
Junto a esto, se incorpora un sistema de mapas espaciales desarrollados con Niantic, que permitirá sincronizar elementos virtuales en el espacio real entre varios usuarios. O dicho de otro modo: podrás ver el mismo objeto flotante sobre la misma mesa que tu amigo, sin necesidad de calibrar nada. Una base sólida para experiencias sociales en AR que por fin podrían tener sentido.
Snap entra al ruedo contra Meta, Apple y Google
Mientras Meta apuesta por gafas ligeras con cámara, Apple juega la carta de los visores premium y Google empieza a mover ficha con sus Gemini Glasses, Snap ha optado por construir sobre algo que ya tiene: una comunidad gigantesca y un ecosistema de filtros y creadores. Su herramienta Lens Studio seguirá siendo el corazón creativo, y ahora se potencia con funciones como reconocimiento de objetos, gestos y entornos.
Este enfoque tiene un valor diferencial: mientras otros apuestan por hardware puntero, Snap intenta que las Specs sean útiles, contextuales y, sobre todo, divertidas. Algo que puedas llevar contigo sin tener que buscar excusas para usarlo.

El futuro aún tiene cosas que resolver
No todo es ideal. El modelo actual para desarrolladores solo ofrece unos 45 minutos de autonomía, y aunque es un prototipo, queda claro que el gran enemigo sigue siendo la batería. Además, aún hay dudas sobre cómo manejarán la privacidad en entornos públicos, qué tipo de apps estarán disponibles de salida y si realmente podrán sustituir a un smartphone… o si serán solo un complemento caro y pasajero.
¿Estamos ante la próxima revolución?
Según Snap, la realidad aumentada con IA puede llegar a ser “diez veces más útil que un smartphone”. Una afirmación ambiciosa, sin duda, pero si consiguen cumplir la mitad de lo que prometen, podríamos estar ante un punto de inflexión real. No será la primera empresa en prometer el futuro… pero quizá sea la primera en hacerlo sin necesidad de casco, mochilas ni precios prohibitivos.
Y si no lo consiguen, al menos sabremos que intentaron que los filtros de perrito tuvieran un lugar en el mañana digital.