Hay dos tipos de personas en este mundo: las que creen que tener una granja es levantarse a las cinco de la mañana con la cara llena de legañas para ordeñar vacas, y las que se lo imaginan como una especie de cuento bucólico con animalitos simpáticos, campos floridos y tardes de pesca sin estrés. Everdream Valley VR se posiciona claramente del lado de los segundos… y lo hace con todo el descaro del que se sabe adorable.

Este juego, nacido originalmente en plano y adaptado ahora a Meta Quest, es la viva representación de ese sueño rural idealizado: una mezcla entre Stardew Valley, Animal Crossing y un anuncio de yogures bio. Pero con la magia de la VR. Aquí no hay jefes gritándote, ni zombis intentando comerte el cerebro. Solo un abuelo que confía en ti, unos animales que esperan comida y un entorno natural que, por una vez, no quiere matarte. Maravilloso.

Tu verano ideal si fueras un niño con energía infinita (y con manos flotantes)

La premisa es tan sencilla como encantadora: eres un chaval que pasa el verano en la granja de sus abuelos. Nada de tareas escolares ni TikTok, aquí la cosa va de plantar tomates, recoger huevos, acariciar vacas y reparar tejados. Por el día te dedicas a trabajar la tierra y cuidar del terreno; por la noche… te conviertes en animales y sueñas con aventuras mágicas. Sí, como lo oyes: un día estás pescando, y al siguiente te despiertas convertido en pato con licencia para sobrevolar el campo.

Todo esto se vive en primera persona, con controles que responden bastante bien: agarras herramientas, cocinas, limpias, das de comer, acaricias… y todo con gestos naturales. A veces incluso demasiado naturales: el primer día acariciamos tanto a una oveja que empezó a seguirnos por el campo como si fuéramos su nuevo pastor espiritual.

No hay estrés, no hay barra de energía ni reloj apretándote. Es un juego que te deja a tu ritmo, sin tutoriales interminables ni misiones cronometradas. ¿Quieres pasar la tarde recogiendo flores silvestres o intentando encestar manzanas en un cubo? Adelante, nadie va a juzgarte. Bueno, quizá ese cerdo sí, pero tú sigue.

Everdream

¿Magia rural? Sí, y además funciona

La parte mágica del juego es lo que realmente lo diferencia de otros títulos agrícolas en VR. Cada noche accedes a sueños donde puedes encarnar distintos animales, y esas transformaciones no son solo estéticas: influyen en el progreso. Ser un perro te permite rastrear cosas, ser un gato te lleva a lugares altos, ser una rana… bueno, te hace saltar y croar, lo cual ya es bastante satisfactorio.

Estas fases oníricas aportan variedad y un puntito surrealista muy bienvenido. No te esperes una narrativa compleja ni una historia que cambie tu vida, pero sí hay un aire de cuento que se mantiene constante y le da mucho encanto. Como si te estuvieras leyendo a ti mismo un libro infantil en una cabaña bajo la lluvia.

Las mecánicas: sencillas, accesibles… y algo rígidas a veces

Everdream Valley VR adapta correctamente las tareas agrícolas al mundo virtual, pero no esperes una revolución en físicas ni una precisión milimétrica en cada gesto. Los movimientos de interactuar con objetos están bien resueltos para el público casual, pero a veces pueden resultar un poco robóticos. Cosechar, regar o colocar cosas en el inventario funciona, pero le falta el toque “premium” que hemos visto en simuladores VR más pulidos.

Los minijuegos, como cocinar, pescar o montar en burro, cumplen su función y dan variedad, pero no evolucionan mucho con el tiempo. Están ahí para añadir color más que para convertirse en retos mecánicos. ¿Funciona? Sí. ¿Podría ir más allá? También.

El sistema de transformación en animales sí añade una capa interesante: al convertirte en perro, rana, gato o pájaro puedes acceder a zonas o habilidades que de otra forma serían inaccesibles. Esa mecánica sí está bien integrada, y da gusto ver cómo cambia la perspectiva y la movilidad.

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Técnicamente modesto, pero visualmente entrañable

Aquí es donde el juego pisa un poco el freno. Everdream Valley VR se nota que ha tenido que recortar para entrar en Meta Quest sin atragantarse, y aunque lo hace con dignidad, hay limitaciones. Los gráficos son simples, con texturas planas y alguna que otra animación digna de un PowerPoint animado. Pero la dirección artística salva los muebles: todo está bañado en una paleta cálida, con paisajes que invitan a pasear y personajes que parecen sacados de una peli de Ghibli versión low-cost.

Y lo más importante: el juego funciona de forma fluida, sin tirones ni caídas de rendimiento graves, que en VR es lo que separa la experiencia mágica del mareo con aspiraciones.

El sonido: ambientes agradables, pero todo en inglés (y eso sí molesta)

La banda sonora acompaña sin molestar, con melodías suaves y bucólicas que parecen sacadas de una lista de reproducción llamada “Relájate con el campo (sin alergias)”. Los efectos de sonido cumplen con lo justo, aunque no esperes un realismo envolvente: algunas acciones suenan un poco genéricas, como si compartieran banco de sonido con una app de meditación.

El gran problema llega con los textos y voces: todo está en inglés. Y no, no hablamos de un inglés básico. Muchos textos son largos, y los objetivos no siempre se explican con claridad. Eso convierte el juego en una barrera para quienes no dominen el idioma, especialmente en un título que se dirige a un público familiar o juvenil. Una simple localización al español habría multiplicado la accesibilidad y el disfrute, especialmente en nuestro mercado.

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No hay enemigos, pero tampoco hace falta

Uno podría pensar que un juego sin combates, sin enemigos, sin retos… podría aburrir. Pero es que Everdream Valley VR no quiere ser emocionante, quiere ser reconfortante. Es ese rincón al que vas después de un día de trabajo, ese pequeño universo donde todo está bien, todo tiene sentido, y la única amenaza es quedarte sin zanahorias.

¿Es para todo el mundo? No. Si vienes buscando acción, estrategia o gestión profunda, saldrás decepcionado. Pero si lo que quieres es desconectar, vivir en un mundo donde los animales te quieren y los problemas se resuelven con un rastrillo y un poco de magia nocturna, este es tu sitio.

Conclusión: ¿merece la pena Everdream Valley VR?

Sí… si sabes a lo que vienes. Everdream Valley VR no es un juego para todo el mundo. Si buscas acción, desafíos, simulación realista o una narrativa épica, pasa de largo. Pero si quieres algo diferente, relajante, que puedas jugar una hora antes de dormir para sentirte en paz con el universo… entonces puede ser justo lo que necesitas.

Lo mejor es que no se disfraza de lo que no es. Es un título modesto, encantador, imperfecto, pero lleno de buenas intenciones. Y eso, en estos tiempos de ports apresurados y experiencias clonadas, se agradece. Si algún día el estudio decide añadir español, pulir un poco las físicas y añadir más profundidad a las tareas… entonces estaremos ante un título imprescindible.

Everdream Valley VR

6.6 Puntuación

PROS

  • El concepto: una granja mágica con mecánicas VR bien adaptadas.
  • Poder transformarte en animales y explorar desde nuevas perspectivas.
  • Sin estrés, sin prisas y con un toque de ternura que engancha.
  • Ideal para sesiones cortas, pero también para perderte horas.

CONS

  • Gráficamente justito, se notan los recortes para Quest.
  • Minijuegos algo repetitivos, con poca evolución.
  • Falta de personalización profunda o narrativa más guiada.
  • Algunos controles pueden parecer torpes si vienes de juegos más pulidos.

Puntuación de Generación XR

  • Gráficos y estilo visual 0
  • Sonido y ambientación 0
  • Jugabilidad e interacción 0
  • Controles y físicas VR 0
  • Narrativa y contexto 0
  • Duración y progresión 0
  • Optimización en Quest 0
  • Originalidad e inmersión 0
  • Recomendado 0

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