No hay nada más tentador en realidad virtual que convertirse en pirata: espadas, cañones, mapas del tesoro, barcos que crujen con el viento y, cómo no, el derecho de gritar “¡arriad las velas!” sin que te tomen por loco. Pirates VR: Jolly Roger ya nos había ofrecido esa fantasía tanto en PCVR como en Meta Quest, plataformas donde dejó un buen sabor de boca a pesar de ciertas limitaciones técnicas. Ahora llega su versión para PlayStation VR2, y con ella una pregunta inevitable: ¿estamos ante la mejor edición del juego… o se trata simplemente de un port con más parches que un viejo corsario?

La respuesta no es tan sencilla como un sí o un no. La versión de PSVR2 mantiene la esencia intacta, y eso no es poca cosa. Pero también deja claro desde el primer abordaje que no ha venido para revolucionar nada, ni siquiera para pulir algunas aristas que ya arrastraba en anteriores mares. La experiencia sigue siendo divertida, sí, pero si vienes de la versión de PC, es inevitable notar que la aventura ha perdido parte de su brillo por el camino.

Jugabilidad: sable en mano, pero menos libertad de maniobra

Desde el primer minuto nos encontramos con lo mismo que ofrecía en otras plataformas: una campaña repleta de escenarios piratas donde hay que explorar islas, manejar navíos, luchar contra enemigos y resolver sencillos acertijos. La narrativa no es el eje central, sino la excusa para pasar a la acción, y eso en VR, con la ambientación adecuada, funciona bastante bien. No hay grandes decisiones morales ni conversaciones densas. Aquí se viene a saquear, remar, y cortar cuerda enemiga con estilo.

En lo que respecta al control, los mandos Sense de PSVR2 hacen un trabajo correcto, pero no llegan al nivel de precisión que ofrecía un buen sistema de seguimiento en PCVR. Durante los combates cuerpo a cuerpo, por ejemplo, se nota un ligero retardo en el reconocimiento de algunos movimientos, y a veces el sistema no interpreta bien los gestos rápidos. Esto no rompe la experiencia, pero sí reduce la sensación de estar realmente “empugnando” el arma, algo esencial en un juego de realidad virtual donde la inmersión depende tanto del control físico como del diseño.

Por otro lado, las funciones hápticas están bien implementadas. Disparar un cañón, encajar un golpe o mover una polea genera una respuesta vibratoria sutil pero inmersiva. No es revolucionario, pero se agradece. Sin embargo, el movimiento libre se siente algo más limitado que en PCVR, tanto por la menor sensibilidad del tracking en determinadas situaciones como por el diseño de algunos entornos, que parecen haber sido adaptados con cierta rigidez para esta versión.

Aun así, la experiencia general es entretenida, especialmente si es tu primera vez con el juego. El sistema de navegación en barco, aunque simplificado, tiene su gracia, y hay misiones lo suficientemente variadas como para evitar la monotonía durante las primeras horas.

Pirates VR: Jolly Roger

Gráficos: el mar está bonito, pero hay niebla en el horizonte

Gráficamente, Pirates VR: Jolly Roger en PSVR2 ofrece una experiencia competente, pero no sorprendente. Y esto es especialmente evidente si vienes de PCVR. En comparación directa, se han recortado varias texturas, los efectos de iluminación se ven menos definidos y el nivel de detalle en ciertos objetos ha disminuido. El foveated rendering ayuda a mantener la nitidez donde estás mirando, pero los elementos periféricos pierden bastante resolución, sobre todo en interiores o zonas oscuras.

La dirección artística se mantiene fiel al original, con su estética de cómic pirata y entornos coloridos que recuerdan a películas de aventuras de los años 90. Las islas, los barcos y los personajes siguen siendo atractivos, aunque algo rígidos en sus animaciones. Es un mundo divertido de explorar, pero se siente algo estático en comparación con los sandbox más ambiciosos del medio.

Donde sí brilla esta versión es en el rendimiento: los tiempos de carga son casi instantáneos y el juego se mantiene estable incluso en los momentos de acción más intensos. En ese sentido, la potencia de PS5 se deja notar. Pero esa fluidez no compensa del todo la sensación de estar jugando a una versión con menos mimo gráfico que la de PC.

Sonido: la música sigue entonando, pero el doblaje no zarpa

La banda sonora sigue siendo uno de los puntos fuertes del juego. Composiciones épicas con violines, tambores y melodías aventureras acompañan cada fase de la campaña, logrando ambientar bien las escenas de acción y las exploraciones más relajadas. Si cierras los ojos, por momentos puedes sentirte dentro de una superproducción hollywoodense… hasta que alguien abre la boca.

En cuanto a las voces, hay que aclararlo sin rodeos: el juego solo está doblado al inglés, sin opción de voces en castellano. Afortunadamente, incluye textos y subtítulos en español, lo que permite seguir la historia sin problema, aunque se pierde parte de la inmersión para quienes prefieran jugar en su idioma nativo. Las interpretaciones en inglés son funcionales, con personajes algo caricaturescos, pero que encajan con el tono ligero y cómico del juego. Eso sí, no esperes una calidad interpretativa que te haga sentir que estás en una superproducción de Hollywood.

Eso sí, el audio 3D de PSVR2 sí da la talla. Escuchar cómo crujen los tablones bajo tus pies, el retumbar de los cañonazos a lo lejos o las olas rompiendo contra el casco aporta una riqueza sensorial que suma mucho a la experiencia. Este apartado está mejor implementado aquí que en Quest, y se aproxima al nivel de detalle sonoro que puede lograrse en PCVR, aunque con menos opciones de personalización.

Piratas

Duración y contenido: nada nuevo en el cofre del tesoro

La campaña principal se mantiene igual que en otras plataformas, con una duración media de entre 5 y 6 horas, dependiendo de cuánto te entretengas saqueando cofres y repitiendo misiones por puro placer. No se han añadido misiones extra, ni contenido exclusivo para PSVR2. Es, en definitiva, el mismo juego con una adaptación técnica específica, pero sin novedades jugables.

Esto puede ser una oportunidad perfecta para quienes no hayan probado el juego antes, pero una decepción para quienes esperaban mejoras, ajustes o algún incentivo extra para volver a surcar los mares en esta nueva versión.

Conclusión: buen puerto para nuevos grumetes, pero sin ascenso a capitán

Pirates VR: Jolly Roger en PSVR2 es una versión sólida de un juego que ya era divertido, con sus virtudes intactas y sus defectos todavía sin pulir. No decepciona, pero tampoco enamora. Es ideal para quienes buscan una aventura pirata ligera, sin complicaciones, que aprovecha bien el hardware de PS5 en cuanto a fluidez y audio… pero que queda por debajo de PCVR en fidelidad visual, precisión de control y riqueza de entorno.

Si eres usuario exclusivo de PSVR2, no lo dudes: aquí hay diversión garantizada y un buen puñado de momentos memorables. Pero si vienes de la versión de PC, prepárate para un ligero downgrade.

¿Te ha gustado este análisis? Pues no te pierdas todos los demás y entérate si valen o no la pena: Análisis de juegos VR en Generación XR

Pirates VR: Jolly Roger

7.2 Puntuación

PROS

  • La experiencia pirata sigue siendo divertida y variada
  • Buen rendimiento y tiempos de carga rápidos
  • Audio 3D muy bien aprovechado en PSVR2
  • Compatible con háptica y gatillos adaptativos

CONS

  • Gráficamente inferior a PCVR, con recortes notorios
  • Gestos y tracking menos precisos
  • Sin doblaje en castellano
  • No incluye mejoras ni contenido adicional respecto a otras plataformas

Puntuación de Generación XR

  • Gráficos 0
  • Mecánicas y físicas 0
  • Dificultad/ Duración 0
  • Banda Sonora/ Sonidos 0
  • Diversión 0
  • Recomendado 0

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