Después de enamorar a miles de jugadores en PC con su historia felina sobre pérdida, identidad y traición, Copycat se prepara para dar un nuevo salto: el 29 de mayo de 2025 aterriza en PlayStation 5 y Xbox Series X|S, dispuesto a hacerte llorar otra vez, esta vez desde el sofá. Por 14,99 dólares (ajustado según región), te llevarás un relato de tres horas que es como Inside pero con más pelo, maullidos y dudas existenciales. ¿Estás listo para sufrir con suavidad?

El juego, desarrollado por Spoonful of Wonder, es todo un fenómeno en el terreno narrativo indie. Ya cosechó cerca de 2000 reseñas en Steam con una calificación abrumadoramente positiva y ha vendido más de 50.000 copias desde su lanzamiento. Ahora quiere expandir su imperio emocional al reino de las consolas, donde probablemente más de un jugador acabará mirando con sospecha a su gato real.

Un viaje felino que parece inocente, pero se te queda dentro como una espina

Copycat no es simplemente un “juego de gatos”. Es un relato cuidadosamente hilado sobre qué significa realmente pertenecer, contada desde la perspectiva de una gata llamada Dawn, recién adoptada y feliz en su nuevo hogar… hasta que una gata imitadora le roba la identidad y el lugar en la familia. A partir de ahí, el juego nos lanza por un camino lleno de callejones, vallas, tejados y decisiones morales que duelen más que pisar un LEGO descalzo.

Narrado por un experto en naturaleza con voz de documental de la BBC, el juego combina escenarios visualmente coloridos con una historia que se atreve a tocar temas densos como la pérdida, el desarraigo y la construcción del yo. La narrativa, lejos de ser infantil o ligera, se desarrolla en tres actos que no solo te muestran el mundo a través de los ojos de un felino, sino que te obligan a confrontar tus propias ideas sobre la identidad y el hogar.

Copycat

Jugabilidad intuitiva, ambientación preciosa y un estilo narrativo poco común

Lejos de ser una experiencia meramente contemplativa, Copycat ofrece una jugabilidad sencilla pero inmersiva. Puedes trepar árboles, corretear por la hierba alta, esconderte en cajas, tirar objetos desde las mesas (como todo gato que se precie), maullar a la luna o enfrentarte a perros molestos. Todo con unos controles fluidos que logran esa sensación casi mágica de “estar siendo gato”.

Lo verdaderamente especial está en cómo el juego entrelaza mecánicas ligeras con una narración guiada por una brújula moral. A través de los eventos y elecciones, se plantea una historia compleja pero directa, que se despliega en unas tres horas de duración sin necesidad de menús complicados ni puzzles absurdos. Aquí, lo emocional prima por encima del reto, pero eso no quiere decir que el viaje sea fácil.

Y si hablamos de atmósfera, el juego lo clava: desde patios soleados y acogedoras casas hasta callejones húmedos y parques nacionales salpicados de melancolía. Todo esto reforzado por una banda sonora original compuesta por Daniel Bunting, que se atreve con el jazz, la música tribal y las nanas más tristes que escucharás en años.

Copycat

Un doblaje excelente y una historia que no subestima a nadie

Uno de los grandes aciertos de Copycat es su doblaje completo en inglés, realizado por un elenco de voces que sabe cuándo sonar cálido y cuándo desgarrarte el alma con un simple “miau” lleno de resignación. En tiempos donde los juegos indie a veces optan por la sobriedad o los textos silenciosos, aquí se apuesta por una interpretación cuidada que potencia el valor narrativo.

Además, el juego no se limita a plantear una historia evidente. Lo que empieza como una fábula sencilla se convierte rápidamente en una reflexión filosófica sobre lo que significa tener una identidad, ser sustituido, y pelear por recuperar tu lugar en el mundo cuando todo parece indicar que ya no queda espacio para ti.

Sí, es un juego sobre un gato. Pero es también uno de los mejores relatos interactivos de los últimos años, y no lo decimos solo nosotros. Críticas como las de Game Whisper, Game Over Age o Thumb Culture lo describen como “una experiencia que permanecerá contigo por mucho tiempo”, “una obra maestra del juego narrativo” y “un torrente masivo de sentimientos”.

Copycat

¿Por qué deberías jugarlo en consola (si no lo has hecho ya)?

Aparte de poder jugarlo tumbado en el sofá con una manta y tu gato real al lado juzgándote, la llegada a consolas permitirá a un público más amplio experimentar Copycat en condiciones ideales. La consola da fluidez a los gráficos, la banda sonora se disfruta más en un sistema de sonido decente, y el mando ofrece una vibración sutil que añade otra capa de inmersión felina.

Además, es el tipo de juego perfecto para una tarde de introspección. No necesitas cien horas ni trofeos absurdos. Solo tres horas, una historia potente, un puñado de preguntas importantes y la capacidad de dejarte llevar por una narrativa que no subestima la inteligencia del jugador.

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