El futuro que nos prometieron las películas de ciencia ficción ya no es una fantasía lejana. Apple ha confirmado que su visor Apple Vision Pro recibirá soporte para interfaces cerebro-computadora (BCI) a finales de 2025, permitiendo el control de dispositivos a través del pensamiento. Y no, no es broma: estamos hablando de control mental real, tangible y funcional. Bienvenidos a la era de la computación espacial neuroconectada.

Apple se alía con Synchron para fusionar cerebro y tecnología
Esta revolución será posible gracias a la colaboración con Synchron, una empresa pionera en neurotecnología. Su joya de la corona es el Stentrode, un implante que se introduce a través de la vena yugular y se instala sobre la corteza motora del cerebro. Lo increíble es que lo hace sin necesidad de abrir el cráneo, lo cual lo convierte en una alternativa segura y mucho menos invasiva que otros métodos de neurointerfaz.
El Stentrode traduce señales cerebrales en comandos digitales, que serán comprendidos de forma nativa por los sistemas de iOS, iPadOS y, por supuesto, visionOS, el corazón del Apple Vision Pro. Este paso abre un nuevo horizonte para personas con movilidad reducida o condiciones como ELA, permitiéndoles controlar un dispositivo sin mover un solo dedo… literalmente.
Una nueva interfaz: pensar es hacer clic
Con esta integración, el Apple Vision Pro se convierte en algo más que un visor de realidad mixta: se transforma en una extensión de la mente humana. Gracias al seguimiento ocular del dispositivo, los usuarios pueden fijar la mirada en un icono, y con una simple señal cerebral generada por el Stentrode, hacer “clic” sin necesidad de controladores ni comandos de voz. Una interacción fluida, natural y revolucionaria.
En las primeras demostraciones, se ha mostrado como personas con discapacidad motriz pueden encender luces, controlar aspiradoras robotizadas, manejar altavoces inteligentes o navegar por interfaces solo con la mente. Un avance que no solo cambia la forma de interactuar con la tecnología, sino que también mejora radicalmente la autonomía de muchos usuarios.

Más que accesibilidad: una puerta al futuro
Aunque el enfoque inicial de Apple ha sido la accesibilidad, el potencial va mucho más allá. El control cerebral podría convertirse en una nueva forma de interactuar con el ecosistema digital: desde redactar mensajes hasta navegar por entornos de realidad mixta, diseñar en 3D o jugar a videojuegos. Imagina ejecutar comandos con una simple intención mental, sin necesidad de mandos, gestos o voz.
Este tipo de tecnología abre debates fascinantes: ¿Será el pensamiento el nuevo teclado? ¿Podrán los desarrolladores diseñar experiencias adaptadas al ritmo mental del usuario? ¿Qué implicaciones éticas y de privacidad traerá consigo esta nueva forma de control? Apple, como siempre, ha dado el primer paso… y ahora el mundo se prepara para seguirlo.
Apple Vision Pro: de visor a interfaz neural
Desde su presentación, el Apple Vision Pro ha dejado claro que su misión no es solo competir en el terreno de la realidad mixta, sino redefinirlo. Con esta integración de BCI, el dispositivo se posiciona como la herramienta tecnológica más avanzada del mercado, no solo en cuanto a hardware o visualización, sino también en accesibilidad y conexión humana.
No hablamos de una función futurista, sino de una realidad inminente: Apple ha confirmado que esta compatibilidad se implementará antes de que acabe 2025. Los ensayos clínicos y las primeras aplicaciones ya están en marcha, y la tecnología está lista para integrarse en el ecosistema Apple con total compatibilidad.

Un pequeño pensamiento para el usuario, un gran paso para la humanidad tecnológica
El anuncio no solo representa un salto técnico, sino también una muestra del potencial que tiene la tecnología cuando se orienta hacia la inclusión. El Apple Vision Pro no solo permitirá jugar, crear o comunicarse en entornos de realidad mixta, sino hacerlo de formas que antes eran inimaginables.
La fusión entre mente y máquina ya ha comenzado. Y con esta nueva era de interfaces neuronales, Apple deja claro que el futuro de la computación no solo se lleva en la muñeca o en el bolsillo… se lleva en la cabeza.