Meta ha publicado sus resultados financieros correspondientes al primer trimestre de 2025 y, aunque la compañía en su conjunto sigue siendo una de las grandes potencias tecnológicas del mundo, su división de realidad virtual y aumentada, Reality Labs, vuelve a situarse en el foco… y no precisamente por buenas noticias. Con unos ingresos de 412 millones de dólares y unas pérdidas operativas que alcanzan los 4.200 millones, la apuesta por el metaverso sigue costando cara.

La cifra de ingresos representa una disminución del 6% respecto al mismo periodo del año anterior. ¿La principal culpable? Una bajada considerable en las ventas de los visores Meta Quest, que no han logrado mantener el ritmo tras el boom inicial de la realidad virtual. Ni la llegada de Quest 3S ha conseguido revertir la tendencia. Eso sí, no todo es negativo: las Ray-Ban Meta, las gafas inteligentes que combinan moda y funcionalidad, han multiplicado sus ventas y también su base de usuarios activos, convirtiéndose en uno de los pocos rayos de sol en este informe trimestral.

La inversión infinita: 60.000 millones y sumando

Desde que Mark Zuckerberg decidiera virar el rumbo de la empresa hacia el metaverso, Meta ha invertido más de 60.000 millones de dólares en Reality Labs. Lo ha hecho con la esperanza de sentar las bases del próximo gran salto en tecnología de consumo, un nuevo internet en 3D, una especie de Matrix con filtros de Instagram. Pero tras varios años y muchos millones, los números siguen sin cuadrar.

Proyectos como Horizon Worlds, su plataforma social en VR, no terminan de despegar. La experiencia no ha calado entre el gran público y, aunque Meta ha intentado inyectar contenido y mejorar la accesibilidad, el entusiasmo inicial parece haberse disuelto. En paralelo, el ecosistema VR en general se enfrenta al mismo reto: cómo convencer al usuario medio de que necesita un visor en su día a día.

Reality Labs

2025, un año de transición y de fe ciega

Pese a la montaña rusa financiera, Zuckerberg sigue defendiendo su visión con una fe que roza lo religioso. 2025, según sus propias palabras, será un año crucial para demostrar que el metaverso es más que una moda pasajera o un capricho caro. Reality Labs no ha frenado el ritmo y sigue trabajando en el desarrollo de nuevas funciones, dispositivos y mejoras de software.

Además, la compañía ha subido su previsión de gasto de capital para este año a la friolera de 68.000 millones de dólares. Una buena parte de esa cifra estará destinada a infraestructura de inteligencia artificial, lo que revela una estrategia híbrida: seguir desarrollando la VR, pero sin perder de vista el filón que representa la IA generativa.

Ray-Ban al rescate: moda y tecnología al alza

Mientras los visores Quest flaquean, el pequeño fenómeno inesperado del trimestre han sido las gafas Ray-Ban Meta. Esta colaboración con la icónica marca de moda ha resultado ser un acierto. Gracias a sus funciones de captura de vídeo, llamadas manos libres, integración con redes sociales y diseño elegante, las gafas han calado en un público más amplio, menos gamer y más lifestyle.

Los datos hablan por sí solos: las ventas se han triplicado en los últimos 12 meses, y los usuarios activos mensuales se han multiplicado por cuatro. No salvan el trimestre, pero sí ofrecen una señal de que la realidad aumentada, cuando se presenta con un enfoque más cotidiano y menos futurista, puede tener mejor acogida que la VR inmersiva tradicional.

Reality Labs

¿Realidad extendida o paciencia extendida?

Meta se encuentra en una posición extraña: es pionera en un mercado aún por consolidar, invierte como si ya estuviera asentado, pero los consumidores no terminan de subirse al tren. Es una carrera a largo plazo, sí, pero los accionistas empiezan a pedir resultados tangibles.

La gran pregunta es cuánto tiempo puede sostener Meta estas pérdidas millonarias sin recortar su apuesta. De momento, la estrategia sigue siendo de expansión: más dispositivos, más software, más contenido. Y, sobre todo, más confianza en que el metaverso no sea un pozo sin fondo.

Una apuesta ambiciosa que aún no da dividendos

Reality Labs representa lo mejor y lo peor de Meta: su capacidad de innovación, pero también su desconexión con lo que el usuario realmente quiere (o necesita). Apostar fuerte es valiente, pero hacerlo con los ojos vendados puede salir caro.

Este primer trimestre de 2025 deja claro que el camino hacia un metaverso rentable está lleno de baches. El hardware necesita una revolución en accesibilidad y precio. El software, una razón de peso para ser usado más allá de la novedad. Y los usuarios, tiempo para entender de qué va todo esto.

Zuckerberg sigue creyendo, y por ahora, el metaverso sigue siendo su obsesión. La pregunta es: ¿seguirá siendo la nuestra?

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