La empresa 1X presenta su asistente doméstico que combina telepresencia, aprendizaje automático y un jersey de cuello alto
El futuro de la limpieza doméstica ya tiene nombre, forma y, sorprendentemente, estilo. Se llama NEO, pesa unos 30 kilos y viste un jersey que parece sacado de un catálogo escandinavo. Detrás del invento está 1X, una startup de robótica con sede en Palo Alto que promete revolucionar el concepto de “ayuda en casa”… aunque, por ahora, lo haga con humanos escondidos tras un visor Meta Quest 3.
Sí, has leído bien: de momento NEO no actúa por sí solo. Los usuarios pueden programar tareas y un operador remoto, conectado a través de VR, toma el control del robot en lo que llaman “Modo Experto”. Así, alguien en otra parte del mundo ve tu cocina en tiempo real y manipula objetos desde la perspectiva del robot, mientras su red neuronal aprende poco a poco de esos movimientos. Una especie de teletrabajo doméstico donde el robot es el cuerpo, y el operador, el cerebro.
Un mayordomo con VR y ciertas limitaciones terrenales
Según su creador, Bernt Børnich, NEO podrá realizar la mayoría de las tareas del hogar cuando se lance oficialmente en 2026, aunque de momento su lista de habilidades es… modesta. Cargar el lavavajillas, recoger una botella del frigorífico o limpiar la encimera están dentro de sus posibilidades. En cambio, levantar objetos pesados, manipular cuchillos o freír croquetas siguen siendo misiones imposibles. Tampoco parece preparado para convivir con mascotas traviesas o jarrones caros, al menos hasta que sus algoritmos entiendan la diferencia entre “suelo mojado” y “catástrofe de porcelana”.
1X afirma que este sistema de aprendizaje supervisado servirá para entrenar la inteligencia artificial de NEO, de modo que, con el tiempo, el robot actúe por sí mismo. Eso sí, la empresa también ha dejado claro que este progreso depende directamente de los datos que los usuarios estén dispuestos a compartir. “Es un contrato social”, explica Børnich. “Cuantos más datos nos des, más útil será el robot”. En otras palabras: la privacidad es una moneda de cambio, y NEO la acepta encantado.

Entre lo útil y lo inquietante
Durante las demostraciones con The Wall Street Journal, NEO no realizó ninguna tarea de forma totalmente autónoma, pero sí mostró su potencial como plataforma de telepresencia. Los usuarios pueden limitar el acceso a ciertas zonas de la casa o configurar opciones de privacidad, incluso desenfocando personas. Aun así, sigue siendo curioso pensar que un desconocido, con visor puesto, pueda recorrer virtualmente tu salón para poner una lavadora o servirte un vaso de agua.
Más allá de la broma, NEO abre la puerta a un nuevo tipo de asistente: uno que no solo limpia o organiza, sino que podría permitir a su propietario “visitar” su propia casa a distancia. Imagínalo: te pones un Quest 3 en el trabajo y ves, literalmente, por los ojos de tu robot doméstico. Puedes comprobar si dejaste la puerta abierta o si el gato ha decidido investigar el jamón. Es un uso secundario, pero quizá el más realista a corto plazo.
Precio, color y filosofía de lujo tecnológico
NEO puede reservarse ya con un depósito reembolsable de 200 dólares, y estará disponible en tres colores: gris, topo y negro. Su lanzamiento en Estados Unidos está previsto para 2026, con un precio de 20.000 dólares o una suscripción mensual de 500. Børnich asegura que el robot tendrá una autonomía de unas cuatro horas, con carga rápida incluida. En otras palabras, necesitarás enchufarlo casi tan a menudo como a tu móvil… pero al menos este te recoge la casa (más o menos).
Entre tanto entusiasmo tecnológico y cierto aire de Black Mirror, lo cierto es que NEO representa una fase intermedia interesante: robots que aún necesitan humanos, pero que aprenden de ellos. Una convivencia entre carne, metal y fibra óptica que, si sale bien, podría redefinir lo que entendemos por trabajo doméstico.
Y si no sale bien… bueno, al menos podrás presumir ante tus amigos de tener un robot que plancha camisas mejor vestido que tú.

