Cuando el enemigo no está fuera, sino dentro de tu cabeza
Hay juegos de terror que buscan asustarte con fantasmas, demonios o criaturas imposibles. Trenches VR, en cambio, decide que el monstruo real es la mente humana. Desarrollado por Steelkrill Studio, este título lleva el horror psicológico al campo de batalla de la Primera Guerra Mundial con una propuesta tan simple como brutal: escapar de las trincheras y, de paso, de tus propios pensamientos. Disponible en Meta Quest y SteamVR, es un juego que prescinde de la acción convencional para ofrecerte algo mucho más inquietante: la sensación constante de estar solo, vulnerable y completamente atrapado. Desde el primer minuto deja claro que no pretende ser un shooter ni un simulador bélico. Aquí no hay honor, ni armas modernas, ni momentos de gloria, solo oscuridad, barro y recuerdos distorsionados que pesan más que cualquier enemigo visible.
Jugabilidad: sobrevivir no siempre significa avanzar
La jugabilidad de Trenches VR se centra en la exploración, la tensión y el miedo a lo desconocido. El jugador recorre un laberinto opresivo en busca de objetos y pistas que permitan reconstruir el pasado del protagonista mientras algo, o alguien, lo acecha sin tregua. No hay armas que empuñar ni enemigos que abatir, porque el verdadero combate es interno. Cada sonido, cada respiración y cada sombra se convierten en amenazas. La inmersión es tan potente que la simple tarea de girar una esquina provoca ansiedad. El uso del audio espacial es magistral y la sensación de confinamiento logra que cada paso cuente. Es un título que no se disfruta con tranquilidad, sino que se soporta con valentía, y eso precisamente es lo que lo hace tan efectivo dentro del terror psicológico.

Historia y narrativa: el enemigo es la mente
La historia de Trenches VR se cuenta de manera fragmentada a través de recuerdos, visiones y notas dispersas. Interpretas a un soldado que despierta desorientado en medio de un infierno de barro y ruinas, sin saber si está vivo o atrapado en una pesadilla. Poco a poco, las piezas encajan y se revela una historia marcada por la culpa y la pérdida, en la que el jugador nunca sabe si los horrores que ve son reales o producto de un trauma irreversible. Esa ambigüedad narrativa es uno de los mayores aciertos del juego: convierte la experiencia en un viaje íntimo hacia la locura. No hay grandes giros argumentales ni explicaciones forzadas; el relato se construye con sutileza y deja que sea el jugador quien complete el vacío, lo cual resulta mucho más inquietante que cualquier susto prefabricado.

Gráficos y estilo visual: barro, oscuridad y pesadillas
Visualmente, Trenches VR sabe aprovechar sus limitaciones técnicas con una dirección artística inteligente. No necesita texturas de última generación para transmitir miedo, porque el diseño de sus entornos es tan claustrofóbico que el simple hecho de moverse ya resulta angustiante. Las trincheras están recreadas con detalle enfermizo, cubiertas de barro, sangre seca y niebla que parece viva. La iluminación tenue refuerza el sentimiento de desorientación, y el color apagado, casi monocromático, contribuye a esa atmósfera deprimente que te hace sentir atrapado en un sueño del que no puedes despertar. Aunque el modelado de personajes secundarios podría ser más pulido, la coherencia estética del conjunto mantiene al jugador completamente dentro del horror bélico sin necesidad de grandes alardes técnicos.

Sonido y banda sonora: el verdadero enemigo está en tus oídos
El sonido es, sin duda, el pilar fundamental de Trenches VR. Cada crujido, cada gota de agua y cada respiración ajena suenan demasiado cerca, generando una tensión constante. El diseño auditivo es tan meticuloso que a menudo el miedo no viene de lo que ves, sino de lo que imaginas detrás de ti. El uso del audio espacial es sobresaliente y convierte el juego en una experiencia sensorial casi insoportable para quienes se dejen llevar. No hay música que alivie el silencio, solo el eco de tus pasos y el retumbar distante de la guerra. Cuando todo calla, sabes que algo va a pasar… y pasa. Es el tipo de terror que se mete en los oídos y no te deja dormir después de quitarte el visor.

La soledad como protagonista
Trenches VR no incluye modo multijugador, y eso es un acierto total. La soledad es el motor de toda su narrativa y eliminarla habría destruido la esencia del juego. La ausencia de compañía se siente como una presencia constante: no hay nadie que te ayude, nadie que te calme, nadie que te salve. Solo tú y el sonido de la tierra cediendo bajo tus pies. Esta elección de diseño refuerza el aislamiento emocional del protagonista y multiplica la inmersión. No hay alivio social, solo introspección y ansiedad pura, algo que en este contexto resulta más valiente que cualquier modo cooperativo.

Duración: corta, pero intensa como una pesadilla
La experiencia completa ronda las tres horas, una duración breve pero calculada para mantener la tensión sin agotarla. Es un juego pensado para ser vivido de una sentada, como una pesadilla concentrada que no te da tiempo a respirar. Al finalizar, el impacto no se mide en tiempo jugado, sino en el peso que deja la experiencia. Puede parecer poco para algunos, pero en Trenches VR, cada minuto cuenta y cada avance se siente como una victoria psicológica. Cuando llegas al final, la sensación no es de alivio, sino de haber sobrevivido a algo que no olvidarás fácilmente.

Valoración final
Trenches VR es una muestra perfecta de cómo la realidad virtual puede convertir el terror psicológico en una experiencia visceral. No necesita grandes recursos ni giros argumentales para hacerte sentir miedo real; basta con encerrarte en un entorno hostil y dejar que tu mente haga el resto. Es opresivo, angustiante y tremendamente eficaz en su simplicidad. Puede que no sea un juego para todos, pero quienes busquen algo más que sobresaltos encontrarán aquí un viaje oscuro y personal hacia la locura y la culpa.
Trenches VR
PROS
- Inmersión total gracias al sonido y la atmósfera
- Historia emocionalmente potente
- Uso brillante del espacio y la tensión
- Terror psicológico bien medido
CONS
- Duración corta
- Texturas desiguales
- Cierta repetición en los sustos
- Escasa rejugabilidad
