Therapy Simulator, nos hace escuchar a la gente hablar de sus problemas. Sí, así de simple… y así de genial. Creado por Jemboy, este título en desarrollo nos coloca en el papel de un terapeuta que debe gestionar sesiones con pacientes reales, lidiar con sus traumas y, de paso, no perder la cabeza en el intento. Lo que parece una experiencia tranquila pronto se convierte en un test psicológico tan divertido como perturbador.
Un simulador de terapia que te examina más a ti que a tus pacientes
En Therapy Simulator, las armas son las palabras. Cada sesión es una conversación llena de matices en la que tus respuestas importan: puedes calmar, irritar o incluso traumatizar más al pobre paciente frente a ti. Cada persona tiene su historia, su tono y su ritmo, y el juego te obliga a leer entre líneas para encontrar la frase justa que desbloquee la confianza. Lo interesante es que, poco a poco, el título te pone frente a tus propias contradicciones. ¿Eres empático o solo finges para ganar puntos? ¿Te estás curando tú o simplemente disimulando mejor que ellos? Es una idea brillante que transforma lo cotidiano en algo inquietante.

Una presentación minimalista que acentúa el peso de la palabra
El apartado visual apuesta por la sencillez: fondos estáticos, personajes con animaciones sobrias y una estética entre lo caricaturesco y lo incómodo. Y funciona. No necesitas gráficos realistas cuando lo que te mantiene en tensión es el silencio incómodo de un paciente o la música suave que suena mientras intentas encontrar la respuesta adecuada. Cada sesión se siente distinta, y aunque todavía está en fase de desarrollo, la atmósfera logra ese punto perfecto entre relajante y opresiva. Es una experiencia sensorial que parece salida de un corto indie de festival psicológico.

Decisiones, consecuencias y salud mental: un cóctel más peligroso de lo que parece
El corazón del juego está en las decisiones. Cada palabra que eliges cambia la evolución de la terapia, afectando tanto al estado emocional del paciente como al tuyo. Puedes ser el psicólogo comprensivo o el que pierde la paciencia y dice lo que nadie debería. Y cuando eso pasa, el juego no te lo perdona: tus errores se acumulan, tu nivel de estrés aumenta y el propio protagonista comienza a mostrar señales de desgaste. Este enfoque convierte la simulación en algo más profundo, casi en un espejo que te obliga a reflexionar sobre cómo escuchas y cómo te comunicas en la vida real.

Un experimento narrativo que podría dar mucho que hablar
Therapy Simulator no es un juego para todos, y eso precisamente lo hace tan atractivo. Es arriesgado, introspectivo y algo incómodo, pero también original y muy necesario en una industria saturada de clones de acción. Si los desarrolladores consiguen mantener el equilibrio entre lo narrativo y lo emocional, estamos ante una joya de culto en potencia. El potencial está ahí —imagina enfrentarte cara a cara con tus pacientes, literalmente—, y si ese salto llega, el impacto podría ser brutal.

Nuestra primera impresión
En su estado actual, Therapy Simulator ya destaca por su concepto y su valentía. Le falta pulido técnico y más variedad en los diálogos, pero incluso así consigue algo que pocos juegos logran: hacerte pensar. Es una experiencia distinta, incómoda y absorbente. Si te atrae la idea de convertirte en terapeuta sin necesidad de estudiar psicología (aunque probablemente acabes necesitando una sesión real después), este juego merece tu atención.
Puntuación GXR: 8/10
Pros:
- Concepto original y sorprendentemente profundo.
- Diálogos con impacto emocional real.
- Minimalismo visual que potencia la inmersión.
- Un enfoque que invita a la reflexión personal.
Contras:
- Aún en fase de desarrollo con fallos técnicos visibles.
- Escasa variedad de pacientes en su estado actual.
- Falta de doblaje o voces que acompañen las sesiones.
- Repetición en algunas mecánicas de decisión.
