La investigación más adorable del año llega a Nintendo Switch con más encanto que dificultad

El mítico Snoopy vuelve a las andadas, esta vez en formato videojuego con Snoopy & The Great Mystery Club, una aventura colorida y tranquila que llega a Nintendo Switch dispuesta a recordarnos que no todos los misterios necesitan pistolas, explosiones ni realismo gráfico. Aquí la acción se sustituye por diálogos dulces, exploración ligera y ese aroma nostálgico a dibujo animado de sábado por la mañana. Si creciste con el perro más famoso del cómic americano, prepárate para una sobredosis de ternura. Y si no, bueno… te vas a sentir como el único adulto en una fiesta infantil.

El juego nos invita a unirnos al “Gran Club del Misterio” junto a Charlie Brown, Lucy, Linus y el resto de los Peanuts, resolviendo pequeños casos en una ciudad repleta de colores pastel y vecinos con más secretos que un reality de famosos. No esperes giros argumentales dignos de Twin Peaks: aquí lo más grave que puede pasar es que alguien pierda su manta o que se caiga un pastel. Pero es precisamente en esa ligereza donde el título encuentra su encanto: no intenta ser más de lo que es, y eso ya lo convierte en una rareza dentro del catálogo actual.

Una jugabilidad sencilla que invita a relajarse (y a bostezar un poco también)

El sistema de juego es tan accesible que hasta Woodstock podría jugarlo con las alas. Moverte, hablar, buscar pistas y resolver minijuegos conforma la base de una experiencia pensada para el público más joven. Los controles responden bien y la interfaz es limpia, sin complicaciones ni tutoriales eternos. Sin embargo, los jugadores veteranos echarán de menos algo de chispa o desafío real: los misterios se resuelven casi por inercia, y la dificultad brilla por su ausencia.

Aun así, hay algo reconfortante en su ritmo pausado. Snoopy & The Great Mystery Club no quiere estresarte, sino envolverte en una atmósfera de calma y simpatía. Ideal para jugar en modo portátil mientras esperas el metro o mientras finges que estás trabajando. El único misterio que no resuelve es cómo logra ser tan relajante sin resultar soporífero, aunque por momentos roza peligrosamente esa línea.

Snoopy

Visualmente impecable, como una viñeta animada que cobra vida

Gráficamente, el título es un pequeño regalo para los ojos. Supamonks —el estudio encargado del arte— ha conseguido trasladar con fidelidad el estilo clásico de los cómics de Charles Schulz, con trazos limpios, animaciones suaves y escenarios llenos de detalles encantadores. Todo tiene ese aspecto de “dibujado a mano”, lo que le da una personalidad única frente a la avalancha de gráficos hiperrealistas que inundan la industria.

Los modelados de los personajes son simples pero expresivos, y los escenarios varían entre parques, barrios y pequeños locales que parecen salidos directamente de una tira cómica. No hay alardes técnicos, pero sí una coherencia estética total. Incluso en los momentos más repetitivos, es difícil no soltar una sonrisa al ver a Snoopy correr con esa gracia torpe tan característica.

Snoopy

Un sonido que acompaña sin sobresalir, como el buen jazz de fondo que nunca molesta

La banda sonora apuesta por temas alegres y ligeros, con melodías que evocan las míticas composiciones de Vince Guaraldi, el pianista original de las películas clásicas de Peanuts. No es un trabajo rompedor, pero sí cumple su función: acompañar sin distraer. Los efectos de sonido y las voces encajan bien dentro del tono general, manteniendo ese aire de inocencia y humor blanco.

Eso sí, tras un par de horas, las mismas canciones pueden empezar a taladrarte el cerebro como una fiesta de cumpleaños mal planificada. Hubiera sido de agradecer un poco más de variedad musical o incluso doblaje en castellano, ya que el título llega con textos localizados pero sin voces en nuestro idioma. Nada grave, pero se nota la falta de mimo en este apartado.

Snoopy

Un homenaje tan fiel a los Peanuts que casi se pasa de inocente

El mayor mérito de Snoopy & The Great Mystery Club es su respeto absoluto por el material original. Aquí no hay reinterpretaciones extrañas ni humor forzado: todo respira ese espíritu ingenuo y amable que ha mantenido a los Peanuts vivos durante décadas. Pero también es su mayor limitación, porque el juego nunca se atreve a ir más allá de su zona de confort. No hay sorpresas, no hay evolución… solo una sucesión de misiones agradables que parecen escritas para un público muy concreto: niños, nostálgicos y adultos que necesitan desintoxicarse del caos de la vida moderna.

En ese sentido, cumple su papel con nota. Es un título que relaja, que no exige ni castiga, y que funciona como una cápsula del tiempo interactiva. Quizá no te cambie la vida, pero te recordará por qué Snoopy sigue siendo, medio siglo después, el perro más entrañable del cómic.

Snoopy

Puntuación final: 7 / 10

Pros

  • Encantador, visualmente precioso y fiel al universo Peanuts
  • Controles accesibles y perfectos para jugadores jóvenes
  • Una banda sonora que transmite calidez y nostalgia
  • Su tono relajado y amable lo convierte en un refugio del estrés gamer
  • El formato físico que nos traen los chicos de Meridiem.

Contras

  • Dificultad prácticamente inexistente
  • Repetitivo a largo plazo
  • Escasa variedad en la música y actividades
  • Ausencia de doblaje o desafíos reales para jugadores veteranos

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