Análisis de Suicide Guy VR Deluxe en PS VR2: morirse nunca fue tan divertido

El clásico del humor absurdo aterriza renovado en PS VR2… y esta vez con cuerpo, manos y formato físico

Hay juegos que te ponen al límite de tus reflejos, otros que te hacen gritar de miedo, y luego está Suicide Guy VR Deluxe, que te pide que te mates… una y otra vez. Lo que comenzó como una locura indie en PC y Quest ahora llega por fin a PlayStation VR2, con gráficos mejorados, vibración háptica, gatillos adaptativos y un lanzamiento físico distribuido por Meridiem Games que hará las delicias de los coleccionistas. Y sí, sigue siendo tan delirante, absurdo y sorprendentemente ingenioso como la primera vez que te lanzó por un precipicio.

Detrás de este pequeño fenómeno está Chubby Pixel, un estudio que ya ha demostrado su talento para crear experiencias extrañas pero irresistibles. Suicide Guy VR Deluxe no busca asustarte ni emocionarte: busca hacerte pensar mientras te ríes del disparate. Cada nivel es una muerte creativa, un puzle que solo se resuelve abrazando lo inevitable.

Una vuelta de tuerca a la locura (ahora con vibración háptica)

La versión para PS VR2 no se limita a ser un simple port. Aquí se nota el salto técnico: las texturas son más nítidas, la iluminación más coherente y los efectos de profundidad mucho más inmersivos gracias al rendimiento estable y la resolución 4K. Pero lo que realmente cambia la experiencia es el uso del hardware del visor.

El tracking completo de manos y cabeza da una sensación de presencia brutal, permitiéndote manipular objetos con mucha más precisión que en las versiones anteriores. Los gatillos adaptativos del mando Sense añaden un toque físico a cada acción —abrir una lata de cerveza, girar una válvula o lanzar un objeto al vacío nunca se había sentido tan “real”. Y cuando todo explota o caes al abismo, la vibración háptica del casco responde con un temblor que, por un momento, te hace dudar si has sobrevivido o no.

Puzles absurdos con corazón (y caídas con estilo)

El concepto sigue siendo el mismo: te encuentras atrapado en una serie de sueños y, para despertarte, debes encontrar la manera de morir. Sí, es tan ridículo como suena, pero detrás de ese humor negro hay una creatividad desbordante. Cada escenario tiene su propia lógica retorcida —puede que tengas que lanzarte de un tren en marcha, ser devorado por un tiburón o activar una catástrofe nuclear solo para abrir la puerta de salida—, y lo mejor es que todo está diseñado para que te rías mientras lo intentas.

En VR, el resultado es todavía más cómico. Ver tus propias manos manipulando objetos ridículos en mundos surrealistas, o ver cómo tu personaje “muere” desde dentro del casco, da lugar a momentos genuinamente hilarantes. Es un juego que no pretende tomarse en serio, pero que consigue lo que pocos logran: hacerte olvidar el mundo real durante un buen rato.

Humor indie con alma de juguete

Suicide Guy VR Deluxe brilla precisamente por no seguir las reglas. Su estilo gráfico caricaturesco y su banda sonora ligera contrastan con la idea central del juego, creando una especie de fábula absurda sobre la torpeza humana. En PS VR2, los tiempos de carga son casi instantáneos, la fluidez es impecable y los controles mucho más naturales, lo que lo convierte en la mejor versión disponible hasta la fecha.

Además, el lanzamiento físico con Meridiem Games es un regalo para los amantes de las ediciones tangibles: portada llamativa, disco incluido y el placer de ver en la estantería uno de esos juegos que no tienen miedo de ser raros. Porque, reconozcámoslo, Suicide Guy VR Deluxe no es para todo el mundo… pero si te gusta lo diferente, lo irreverente y lo que desafía las normas, aquí vas a disfrutar como un enano.

Veredicto final

El salto a PS VR2 le ha sentado de maravilla a Suicide Guy VR Deluxe. Conserva su identidad caótica, mejora en todo lo técnico y añade ese toque inmersivo que solo el visor de Sony puede ofrecer. No es un juego largo ni profundo, pero sí uno de los más originales y descaradamente divertidos del catálogo VR actual.